Con comparsas, música y diversión, el pueblo panameño apoyó a su selección.Fueron miles de fanáticos los que ayer acompañaron a la Roja en su partido contra la selección de Honduras.
Las camisetas rojas impregnaban un ambiente de pasión y jolgorio, del cual nadie se escapó.
Era una completa fiesta, la alegoría de las personas se hacía notar por todas partes, el estadio Rommel Fernández estaba desbordado, no cabía ni el clásico alfiler, la gente brincaba y a la vez cantaba “Panamá, Panamá...
.&162;Vamos Panamá! En realidad no había pretextos para estar aburridos, solo para disfrutar este partido que se presumía con muchos días de anterioridad estaría color de hormiga.
Las mujeres panameñas con sus pantaloncitos resplandecían a su caminar, los sonidos de los pitos y las cornetas se escuchaban por todos lados, era una completa algarabía.También se apreció una gran comunidad de hondureños, que a su llegada al estadio, fueron escoltados por la Policía Nacional hasta ingresar al coliseo.Verdaderamente era una fecha para celebrar sea cual fuera el resultado.Lo importante era apoyar a la selección y pasar un momento agradable con la familia, los amigos y los compañeros.