China mete presión por puertos clave en el Canal
China quiere asegurarse de que la salida de Hutchison no signifique una pérdida de poder. Al contrario, ve una oportunidad para consolidar su presencia en la región.
China vuelve al juego portuario en Panamá y lo hace pisando fuerte. Luego del fracaso en las negociaciones con el consorcio internacional liderado por BlackRock, el gobierno de Pekín anunció que tomará control directo del proceso de venta de los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en los extremos del Canal de Panamá y actualmente operados por la firma hongkonesa CK Hutchison.
En una declaración oficial, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Guo Jiakun, advirtió que China protegerá "firmemente la soberanía, la seguridad y sus intereses de desarrollo", y que garantizará la equidad en el mercado. Detrás del lenguaje diplomático, lo que hay es una movida estratégica: China quiere meter a su naviera estatal, Cosco, directamente en el juego portuario panameño, sin intermediarios.
Y no es cualquier jugada. Se trata de una pieza clave en el ajedrez del comercio global. La participación de Cosco en la región podría significar un nuevo giro en la influencia asiática sobre puntos neurálgicos de América Latina, mientras Estados Unidos observa con preocupación.
Por su parte, CK Hutchison reconoció que el plazo de 145 días para cerrar el acuerdo con el consorcio internacional ya expiró, pero señaló que aún se mantienen conversaciones. Incluso dejó claro que se contempla sumar a un “importante inversor estratégico” chino como parte del nuevo esquema.
¿Qué hay detrás de todo esto?
Según Dane Chamorro, experto en riesgos globales, aunque EE.UU. celebre una posible salida de Hutchison de los puertos del canal, el movimiento podría terminar fortaleciendo aún más a Cosco a nivel mundial, convirtiéndola en el mayor operador portuario del planeta.
Y es que la capacidad operativa de las navieras chinas supera por mucho a la de sus pares estadounidenses, que simplemente no operan al mismo nivel.
Además, la creciente tensión entre China y Estados Unidos por el control logístico global se cuela en el debate geopolítico. Desde que Donald Trump volvió al poder, ha retomado el discurso de “recuperar el canal para EE.UU.”, una declaración rechazada contundentemente por el gobierno panameño, que reafirma que el Canal es 100% panameño desde 1999.