Panamá abre licitación clave para asegurar electricidad hasta 2038
Esta licitación busca contratos de energía que arrancan desde 2026 y se extienden hasta 2038, dependiendo del tipo de tecnología.
Panamá vuelve a mover una ficha importante en el tablero energético. Con la mira puesta en garantizar luz estable y suficiente para los próximos años, la Empresa de Transmisión Eléctrica, Etesa, lanzó oficialmente la convocatoria de suministro eléctrico de largo plazo 01-26, dirigida a plantas de generación ya existentes en el país.
Esta licitación busca contratos de energía que arrancan desde 2026 y se extienden hasta 2038, dependiendo del tipo de tecnología.
En palabras simples: el Estado quiere asegurar desde ya la electricidad que va a necesitar Panamá en el futuro, sin improvisaciones ni apagones.
Uno de los puntos más importantes del proceso es que las termoeléctricas que hoy operan con combustibles líquidos, como búnker C o diésel, podrán participar solo si se comprometen a migrar a combustibles más limpios, como gas natural o gas licuado, en un plazo máximo de 36 meses. El mensaje es claro: energía sí, pero con una transición más responsable.
También habrá espacio para centrales de ciclo combinado a gas natural y plantas hidroeléctricas con potencia firme, que podrán optar a contratos entre 2028 y 2036.
Mientras tanto, las hidroeléctricas, eólicas y solares tendrán la puerta abierta para contratos que van desde 2026 hasta 2036, reforzando el papel de las energías renovables en la matriz nacional.
Del lado de la compra estarán las tres grandes distribuidoras del país: Edechi, Edemet y Ensa, responsables de llevar la electricidad hasta los hogares, comercios e industrias panameñas.
Según el cronograma, en enero se realizará una reunión informativa, y las ofertas deberán presentarse en marzo. Este proceso forma parte de un calendario de licitaciones publicado por la Secretaría de Energía, diseñado para que el país planifique con tiempo su crecimiento energético y evite sobresaltos.
En medio de una economía que demanda cada vez más energía, Panamá apuesta a ordenar su futuro eléctrico desde ahora, buscando estabilidad, reglas claras y una transición gradual hacia fuentes más limpias.