RESCATE DEL OLVIDO # 538 CAMILO MINERO SAN SALVADOR 1917 – 2005
Nació el 11 de marzo de 1917 en Zacatecoluca (La Paz, centro), en el seno de una familia campesina, Minero militó en el Partido Comunista Salvadoreño, lo que lo obligó a vivir varios años en el exterior. El pintor regresó al país después de la firma de los Acuerdos de Paz firmados en 1992 entre el Gobierno y la entonces guerrilla para terminar con 12 años de guerra civil.
De estilo expresionista social realista, fue un pintor comprometido con su clase y con su tiempo. "Yo busco el realismo y el figurativo, no me interesan otros discursos. Yo pienso al pueblo, los trabajadores, los niños panzones que caminan en los mercados, ahí encuentro yo la belleza", señaló en una reciente entrevista a la prensa gráfica. "No me fijo en la visión de la burguesía, esa que pinta únicamente los árboles, los paisajes, los atardeceres. Es hermoso, sí, pero mi obra es de crítica a la pobreza que aún tenemos en este país.
En sus cuadros predominaba el amarillo, "el color más cálido y con el que más me identifico", comentaba. "Ese color me alegra el espíritu sobremanera". Enfermo de párkinson en los últimos años, siguió pintando mientras pudo.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA), Federico Hernández, manifestó ayer que "generalmente cuando se da un deceso, siempre hablamos de pérdida, pero en el caso particular de Camilo Minero, un pintor de su talla realmente nunca se pierde, siempre se queda aquí". Consideró que Minero como pintor "era un hombre muy comprometido con la realidad salvadoreña; él trataba de plasmar en sus cuadros la realidad que veía y amaba. Él siempre dijo que veía belleza donde otra gente veía pobreza o indignidad". "Era un artista realmente integral", ya que "sabía de poesía, teatro y disfrutaba la música".
Creador de numerosas pinturas al óleo, y grabados, acuarelas y serigrafías, gran parte de ellas mantenidas en su poder, Minero recibió el Premio Nacional de Cultura en 1996 y también los premios Nacional de Derechos Humanos en Artes y el del Valor Cultural de CONCULTURA, en el 2013.
Según sus familiares, uno de los sueños de Minero, quien era sepultado hoy, domingo, era construir un museo en su ciudad natal.
Este artículo apareció en la edición impresa del domingo, 8 de mayo de 2015.
Reproducido EN EL DIARIO EL PAÍS ESPAÑA.
CAMILO MINERO, MURALISTA SALVADOREÑO
La naturaleza rebelde de Camilo Minero se manifestó en sus primeras pinturas desde los primeros pasos artísticos. Su identificación con los más desprotegidos fue evidente en la pintura como Vendedores de Sandías y Tierra Rojas. Esta identificación hizo que tomara una decisión arriesgada en la época: A finales de 1959, firmó la solicitud al inscribirse en el Partido Comunista de El Salvador. La decisión tuvo sus consecuencias. En julio de 1961 fue apresado por la Guardia Nacional. Seguramente se salvó de ser asesinado, desaparecido o torturado, pero es obligado a exiliarse en Nicaragua.
Aunque estuvo exiliado por un año, al regresar al país comenzó su trabajo en la Universidad de El Salvador como docente. Entre 1962 y 1964 asistió en representación del Partido Comunista al Congreso Mundial de Desarme General y la Paz en Moscú. A finales de los 70, Minero viajó a México por razones de trabajo, pero debido a la situación tensa que había en El Salvador, decidió quedarse y vuelve a exiliarse en Nicaragua, esta vez por 10 años. Allí trabajó en la Universidad Politécnica como profesor. En 1990 regresa a El Salvador, donde residió desde entonces.
Minero trató de plasmar en sus obras la realidad social de los pueblos latinoamericanos. Acerca de la pintura, él mismo afirmaba: "Yo aplico los amarillos frenéticos, cálidos y los rojos vivos que provoquen la furia y la cólera relevante; el blanco que quiere decir la paz, los anaranjados y los siena son atenuantes, acorde con los amarillos, también utiliza el color negro…" "Yo pinto al pueblo, a los trabajadores, a los niños panzones que caminan en los mercados, ahí encuentro belleza…"
Sus trabajos se encuentran en el Museo de Arte de El Salvador (Marte), Museo de Arte Moderno de Nueva York, Museo del Grabado en Buenos Aires, Argentina, Museo de Albuquerque (Nuevo México), entre otros países. En 1996 el Gobierno de El Salvador le otorgó el Premio Nacional de Cultura y en diciembre de 2003, la Procuraduría de Derechos Humanos le otorgó el Premio de los Derechos Humanos en Artes "por el aporte social de la obra del maestro en la sensibilización sobre protección, educación y defensa de los valores fundamentales de la humanidad, y en particular de los derechos de la niñez, al veterano maestro de la plástica".
CONTINÚA