Mujeres sometidas por 80 marinos
El calvario que vivieron cuatro mujeres colombianas, víctimas de la trata de personas, a bordo de un crucero que ancló en la provincia Colón, en Panamá, fue
Decomisan sus pasaportes
A 10 años y cuatro meses de cárcel fueron condenados los colombianos Juan Carlos Martínez y Diana Salazar, una pareja de Santa Rosa, por reclutar mujeres. Por Dayana recibieron 300 mil pesos colombianos. Los dueños de los mismos burdeles en Colón ya tienen antecedentes de trata de personas, a cuyas víctimas se les retira el pasaporte para que paguen siendo prostitutas.
El calvario que vivieron cuatro mujeres colombianas, víctimas de la trata de personas, a bordo de un crucero que ancló en la provincia Colón, en Panamá, fue objeto de un proceso penal por ese delito, en el que quedó evidenciado cómo reclutan a féminas en Risaralda, para traerlas exclusivamente a la costa atlántica para la prostitución.
Las cuatro colombianas tenían que servir sexualmente a 80 griegos que hicieron un negocio con un español dueño de uno de los prostíbulos más famosos de Colón, según consta en la investigación realizada por el diario [B]El Tiempo[/B]de Colombia.
Esas mujeres dijeron que estaban a merced de un proxeneta y tuvieron que servir sexualmente a los hombres, ya que solo tenían 4 horas para atenderlos; cada una debía estar con 19 marinos, contó durante una audiencia una mujer llamada Dayana, de 19 años, oriunda de Santa Rosa de Cabal, departamento de Risaralda.
Narró que les tiraron unas colchonetas en la proa; había 19 hombres en fila, mientras el primero, de casi 2 metros, estaba sobre ella.
“Cuando el tercero se acostó conmigo empecé a sangrar, porque era más grande que el anterior y parecía un loco”, indica el diario [B]El Tiempo[/B]que contó Dayana, un año después, a la Fiscalía 15 Especializada en Derechos Humanos. Antes de desmayarse y quedar inconsciente durante dos horas, 11 griegos la habían penetrado. La joven fue llevada a un hotel y, dos días después, le informaron que tenía una deuda de 1,000 dólares por no atender el servicio completo.
Dayana logró salir de Colón a Panamá un año antes de declarar cómo fue reclutada, gracias a la ayuda de un hombre que se enamoró de ella.
Explicó en su declaración que los contactos en Colombia los hizo por medio de sus vecinos, con un tal “Rubén”, quien le ofreció trabajo de recepcionista en Colón. Cuando llegó, él mismo le quitó el pasaporte y le informó que ejercería la prostitución y que le adeudaba 1,800 dólares por el viaje. Lo mismo les dijo a otras 14 mujeres que vecinos de Santa Rosa le recomendaron para llevárselas.
La víctima de trata de personas en Panamá fue al Consulado, narró su situación y se dio aviso a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que hizo las gestiones para la repatriación.