La costura surge como vía para subsistir en medio de la pandemia

Desempolvan sus máquinas de coser o adquieren una. El arte de la costura ha cobrado fuerza gracias a la confección de mascarillas de tela que se hacen necesarias durante la pandemia por COVID-19.
Foto ilustrativa / Freepik.

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Por: Ana Cristina Quinchoa -

La necesidad es la madre de la creatividad. La frase bien puede aplicarse al momento que vivimos por la pandemia de COVID-19 que ha golpeado duramente todos los aspectos de la vida, entre ellas, el trabajo. Muchos han visto afectado su sustento, lo que los motiva a buscar otras vías para subsistir en medio de la pandemia.

La costura, un oficio que para algunos es reservado solo para señoras mayores, poco a poco fue tomando relevancia en el país durante la pandemia, ante la necesidad del uso de mascarillas para evitar la propagación del virus, lo que llevó a la confección de cubrebocas de tela.

La alternativa, bien vista por las autoridades sanitarias de Panamá (siempre que cumplan las medidas recomendadas) ayuda en el desabastecimiento de mascarillas quirúrgicas, y a quienes no pueden costear mascarillas quirúrgicas las cuales deben ser reemplazadas con una mascarilla nueva tan pronto como esté húmeda y no reutilizarla.

De hecho, la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) cuenta con un catálogo de mascarillas hechas por manos panameñas para apoyar a los artesanos nacionales durante la crisis del COVID-19. El catálogo muestra diseños, especificaciones, precios y los sectores del país donde se pueden encontrar bajo el concepto de "panameño con orgullo, consume lo tuyo".

En las redes sociales se puede apreciar gran cantidad de cuentas que se dedican a la venta de mascarillas de tela. Las hay de todo tipo: de un solo color, con estampados, autóctonas de Panamá y otras muy particulares con rostros o sonrisas de personajes de ciencia ficción. La creatividad ha salido a relucir.

Mascarillas, el nuevo enfoque de la costura

La serigrafía y la confección de todo tipo de ropa como vestidos de noche y uniformes médicos con tela antifluido, era la labor regular de la emprendedora, Melissa Acosta, pero cuando todos los trabajos se paralizaron por la pandemia, ella y su familia tuvieron que reinventarse en sus productos. La creación de mascarillas fue la solución.

Acosta aseguró que ella fue una de las primeras en incursionar en este oficio, pues, desde que las autoridades sanitarias recomendaron su uso, iniciaron la producción, una labor complicada, admitió, pero que se facilita con la colaboración de todos los integrantes de la familia, ya que ella se encarga de diseñar e imprimir, el esposo de hacer todos los cortes y su mamá se dedica a la confección.

Acosta tiene ahora entre 60 u 80 diseños creados. Los más buscados por sus clientes son aquellos que tienen diseños de la pollera de gala, montuna santeña, diablico sucio y de instrumentos musicales. Incluso mencionó que hay quienes se sienten orgullosos de sus orígenes y le han mandado a confeccionar mascarillas con la bandera de sus provincias, la de Chiriquí es una de las más vendidas, admitió.

 

Las tarifas de los cubrebocas de Acosta varían: la de pliegue cuesta $4.95, las de forma triangular tienen un valor de $5.95, porque cubren más. Cuando sus clientes le compran por docena se les hace un ajuste de precio, igualmente a las empresas que hacen pedidos por cantidad.

A pesar de que hay mucha competencia en la venta de cubrebocas, Acosta dice que no tiene problema con eso, ya que la idea es que todo el mundo tenga la oportunidad de ganarse el dinero honradamente y más ahora en cuarentena.

“Todos en Panamá tenemos oportunidades, y nadie nos va a quitar venta”, expresó.

Cristian Gómez, administrador de la cuenta mascarillas.pty07, también forma parte de las personas que se han reinventado en medio de la pandemia junto a su familia. Debido al panorama y al ser independiente, el papá, que sabe sobre costura, tuvo la idea de generar ingresos a través de la confección y venta de mascarillas de tela.

De hecho, en su cuenta se pueden apreciar diversos estilos, incluso han plasmado un cubrebocas con los colores de la comunidad LGBT. Sin importar el diseño, sus precios son económicos, rondan desde los dos a cuatro dólares.

Gómez también dijo que los tiempos han cambiado, ya que a muchos jóvenes les está llamando la atención crear nuevas modas mediante la costura.

Prevalece la creatividad

Mientras más creatividad en el diseño de las mascarillas, mayor la venta. Tal es el caso de Lissette Sánchez, encargada de vender artículos a través de las redes sociales y Jessica Bracho, modista; dos amigas que se han convertido en socias en la pandemia.

Ambas, no solo se enfocan en los cubrebocas, pues han añadido un gorro como accesorio para las más ‘fashionistas’ o para las mujeres que quieren proteger su cabello al salir a hacer diligencias.

El conjunto de mascarilla con gorra con cinta de mola tiene un precio de 15 dólares y los más sencillos están en 10 dólares. Para quienes solo buscan los cubrebocas, hay de doble capa con tela antifluido a 3 dólares y a 6 dólares las personalizadas.

La idea surgió, según Sánchez, para generar ingresos y porque comprar mascarillas desechables ‘rompe el bolsillo’ y contamina el ambiente.

Por su parte, Joaslay Martínez, quien lleva dedicándose a la confección de accesorios desde el 2012 mediante la cuenta de Instagram pritygirlsaccesorios, se enfoca en el público más pequeño de la casa.

La creación de cubrebocas con diseños personalizados para niños en época de pandemia ha ayudado a muchos padres, comentó Martínez, porque ella transforma la crisis del coronavirus en una forma divertida para los más pequeños. Plasmar sus personajes favoritos en las mascarillas los hace sentir más contentos de utilizarlas para poder salir.

De igual forma, lo hace para las niñas, pues ha creado un conjunto de cubrebocas con vinchas y ligas para el cabello, ambas combinadas y a un costo de 12 a 14 dólares. Una mascarilla sencilla ronda entre los 3 o 4 dólares y las personalizadas en 7 dólares.

Martínez dijo que a pesar de las restricciones de la movilidad en el país y el incremento del costo de la materia prima para la confección de mascarillas, ha mantenido sus precios económicos. Inclusive mencionó que cuando algún usuario le escribe para adquirir cubrebocas de manera urgente, ella busca la manera de ayudar al cliente para hacerle llegar el pedido.

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