Mi tributo a Británico Quesada: "British"
Británico Julio Quesada Ábrego, como escritor, en honor a su madre, Q.E.P.D., se dio a conocer mediante el seudónimo Fígaro Ábrego.
Tristeza profunda que desalienta y angustia, fotos con vigor gráfico, que mentalmente resurgen episodios de vida, se conjugan con el silencio y el pesar del alma de quien escribe estos caracteres. El factor motivante, la desaparición física de British, mi gran amigo por más de 35 años.
“El escritor de Vacamonte” es otra filiación usada por el colega, patentizada en el blog donde posteaba una nueva adopción de redacción. Esta adaptación la concebía como relatos o historias cortas, muy similares a varios de sus libros, como La isla Camila -género cuento-, el Exorcista de Vacamonte -género novela-, y otros.
Conservo ambas obras, que me fueron obsequiadas y autografiadas por mi gran amigo y hermano.
En la página en blanco de La isla Camila, después de rubricar su nombre, anotó una frase muy propia de él, y que también acuñó a su transitar reflexivo: “Nunca te rindas”.
De su creación literaria fusionaba la ficción con la realidad. Aquella verdad brotaba de sus vivencias como periodista, pero también como intelectual y hombre pensante acerca de realidades que afectan a la sociedad.
En el guion literario de Británico, nunca están ausentes lugares, barrios y regiones de Panamá, como Vacamonte, punto donde residía.
En su andar profesional fue reportero judicial. Por ello, subyace, en su retórica textual, el conocimiento adquirido en términos de aludir a ideas claras cuando hace uso del lenguaje legal, bien llevado en muchas de sus narraciones.
De aquella experiencia vale leer un relato que posteó en su blog a mediados de 2022, titulado “Evasión Cinematográfica”. Describe lo ocurrido -ficción- en una sala de audiencias donde cinco sindicados eran juzgados por varios delitos. Reseña la fuga de los personajes que, al mismo tiempo, asocia a locaciones como la Isla Naos, en Amador, y la antigua rampa de Paitilla, sitio visitado por muchos de nosotros durante nuestros años mozos.
El estilo de Fígaro resulta fascinante para cualquier lector, porque logra, mediante la ficción, con un toque descriptivo, crear una narración amena, sin distanciarse de una historia que evoca la realidad pragmática de la existencia humana.
Otra experiencia que le da vida a la peculiaridad narrativa de sus escritos, y a la manera como promueve sus producciones en la web y en las redes sociales, nace de los conocimientos que adquirió del lenguaje audiovisual cuando trabajó en la televisión y de su breve experiencia como actor de teatro. Muchos de sus escritos están disponibles en Amazon.
Británico, cuya identidad, según me relata Yitzhak, sobrino con el que compartió parte de su vida, surgió de su padre, quien decía que su nombre saldría publicado en los periódicos.
Obtuvo el título de licenciado en Periodismo de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá.
Además de desenvolverse como periodista de medios impresos (El Panamá América, Crítica y el desaparecido Universal), también tuvo su quehacer en la televisión (TVN) y la radio.
Fue reportero, subdirector, y jefe de Redacción del diario El Siglo. Laboró en el Tribunal Electoral, y antes de partir, permanecía en la Fiscalía General Electoral. También, fue agregado de prensa en la sede diplomática de Panamá en Colombia.
Imagen captada durante mi estancia en Bogotá cuando me apresté a visitarle.
En el país andino, pasó por un período formativo en gastronomía, conocimientos que no abandonó hasta su consumación.
Británico Quesada -Fígaro Ábrego- y quien suscribe este artículo, fuimos compañeros de luchas, fiestas, copas y momentos difíciles, como la muerte de su madre y un hermano. O, cuando confronté una crisis de salud que casi me arrebata la vida.
Debatíamos sobre diversas temáticas, en la mayoría coincidíamos. El respeto que nos profesamos como amigos y colegas siempre fue mutuo y permanente.
British también fue un padre entregado a su hija (Daniela), hermano, tío, amigo, colega, luchador y visionario incansable. Hizo realidad algunos de sus sueños, como escribir literatura o viajar al vecino Costa Rica para conocer a su hermana, Maura Quesada, con la cual reforzó lazos. Sus hermanos: Raúl, José, Tahyra, César, Norma, Yolanda, Germanio, Carlos y Maura.
Compartimos frustraciones como las que muchos periodistas experimentamos en los medios, tras clichés vinculados con la libertad de expresión y falacias sobre la democracia.
Golpe duro le propinó la desaparición de su madre, a quien amó y respetó. De sus consejos espirituales, que permanecieron en la psiquis de mi amigo, algunos salpicaron mis oídos.
“Las letras no muerden”. “Nunca te rindas”. “La salsa es pa’ la comida”, eran frases auténticas del British.
Podría llenar de grafemas varias páginas más. No obstante, el dolor que lleva por dentro un novato por la pérdida de un amigo, sobre todo, uno de mis más grandes y mejores amigos, como lo anotó su hermana Thayra Quesada Ábrego: "Tu amigo de toda la vida", solo lo consolará recordar su imagen y los buenos momentos que compartimos.
Vivirás por siempre en mi mente, como vive mi padre, y mi lucha por no rendirme, tal tu consejo, pese a los enemigos y detractores que pretenden agobiarme, como te ocurrió a ti. ¡Hasta pronto hermano!