Ulloa lanza llamado urgente en medio del caos
“Lo que está en juego no es solo la economía, sino la dignidad de la vida humana, especialmente de los más pobres y excluidos”.
Desde el altar mayor de la Catedral Basílica Santa María la Antigua, Monseñor José Domingo Ulloa envió un mensaje claro: “Panamá vive una crisis institucional, un desgaste social y una desconfianza creciente… pero no todo está perdido si hay fe, vocación y compromiso”.
La celebración del Domingo del Buen Pastor, este 11 de mayo, no fue una misa más. Estuvo presente el Nuncio Apostólico de Su Santidad, Monseñor Dagoberto Campos Salas, y fue el marco perfecto para lanzar un grito de alerta: “Lo que está en juego no es solo la economía, sino la dignidad de la vida humana, especialmente de los más pobres y excluidos”.
💥 En medio de aplausos, silencios tensos y miradas profundas, el Arzobispo soltó verdades:
“La paz no se decreta, se construye. Y no podemos seguir callando ante los clamores del pueblo panameño”.
¡UNA LLAMADA A LA ACCIÓN!
El mensaje no fue solo para los fieles, sino también para quienes tienen el poder de cambiar las cosas. Ulloa pidió orar por las vocaciones sacerdotales, por la juventud desorientada y por un país que necesita reconstruirse desde la verdad y la justicia.
Pero no todo fue lamento. También hubo esperanza. La elección del Papa León XIV, el primer agustino y segundo latinoamericano en llegar al trono de Pedro, fue recibida como un rayo de luz para tiempos oscuros.
“¡NECESITAMOS MÁS PASTORES Y MENOS POLÍTICOS DE SALÓN!”
“¿Estamos evangelizando con alegría? ¿Cuidamos a nuestros seminaristas? ¿Acompañamos a los jóvenes?”, preguntó Monseñor.
“Hoy ser sacerdote es un acto de amor valiente”, agregó.
🔥 El mensaje se sintió como un llamado urgente: Panamá necesita líderes con alma de pastor, no de patrón. Y la Iglesia está lista para dar la batalla espiritual.
¿QUÉ SIGUE PARA PANAMÁ?
Al cierre de la ceremonia, el llamado fue claro:
- Orar con fuerza por nuevas vocaciones.
- Defender al pueblo en medio de la crisis.
- Apoyar al nuevo Papa con fidelidad y misión.
Con voz firme y corazón encendido, Ulloa dejó claro que la fe no se rinde, y que la Iglesia tampoco.