Secuestran el ‘night club’ Elite

“Ellos nos dijeron que subiéramos y bajáramos escaleras que no nos iban  pagar ni un real”. Esto fue lo que indicó José Córdoba, extrabajador del "night-club" Elite, ubicado en calle 50. 

El centro de entretenimiento para adultos fue secuestrado por el Ministerio de Trabajo (Mitradel), luego de que nueve exempleados denunciaran que desde diciembre no les han pagado sus prestaciones laborales.

Córdoba destacó que en diciembre de 2017, él y el resto de sus compañeros  -algunos con más de 15 años de labores en el club nocturno- fueron despedidos sin  justificación. "No nos dejaron ni entrar, nos entregaron la carta de despido fuera del local", indicó el afectado.

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"Los dueños del club nocturno nos deben salarios caídos, no nos han pagado las propinas que los clientes nos daban, por más de dos años no nos daban la ficha, a pesar de que la cobraban, por tal razón nos fuimos al Ministerio de Trabajo para luchar por nuestros derechos", resaltó José Córdoba, otro de los denunciantes.

Ileana Turner, abogada de los exempleados, explicó que de parte de la Dirección General del Mitradel se emitió una orden de secuestro de los bienes muebles del local para lograr llegar a un acuerdo con los administradores y se pague lo adeudado.

"Solamente el tema de derechos adquiridos y demás porque la cuantía está en litigio, nosotros estamos poniendo lo más bajo, que son los derechos adquiridos y demás por 78 mil dólares, puede ser más, pero primero se hará una negociación", detalló Turner.

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Desde la tarde del pasado jueves se giró esta orden de secuestro en el local, muy visitado por las personas de clase media y  alta.

El día jueves, cerca de las 9:00 p.m., comenzaron a llegar clientes y las trabajadoras, pero se encontraron con la sorpresa de que el sitio fue cerrado y no iba abrir por un litigio en el que se encontraba.

Para este viernes se continuó con la orden, y personal de Mitradel se encontraba junto a los afectados cumpliendo con la medida de retirar todos los bienes del comercio.

A todo esto, algunos transportistas que transitaban por el área y se percataron de la situación sonaban la bocina de su auto, haciendo gestos de dolor, e inclusive un taxista gritó "pobres las putas".

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Dos abogados, de apellidos Turner y Wirth, quienes también representan a los afectados, dijeron que esperan llegar a un acuerdo productivo con los administradores del local o, de lo contrario, no permitirán que el club lo abran.

De suceder esto, se verían afectados más de 15 trabajadores, desde saloneros hasta las trabajadoras sexuales que laboran en el club.

Se intentó conocer la versión de los administradores con un representante, quien llegó al momento del desalojo, pero este indicó que no estaba autorizado para dar declaraciones ni podía llamar a ningún encargado.