La confesión de Hidadi, lo que nadie te contó de la muerte en el hotel El Panamá

Mientras los minutos avanzaban, más iba llegando el público, en comparación a días anteriores cuando la sala no se llenaba.
La confesión de Hidadi, lo que nadie te contó de la muerte en el hotel El Panamá

La confesión de Hidadi, lo que nadie te contó de la muerte en el hotel El Panamá

Por: Redacción / Critica -

El reloj marcaba las 8:50 a.m., en la sede del Sistema Penal Acusatorio (SPA), en plaza Ágora, personas entraban y salían, pero aún Hidadi Santos Saavedra Rodríguez, no había sido trasladado desde el centro penitenciario La Joya hasta estas instalaciones en donde culminaría el último y octavo día del juicio oral.

Como de costumbre el juez presidente del Tribunal de Juicio Oral, Viterbo Quintero, inició el juicio a la hora citada, eran las 9:00 a.m. cuando arrancó el octavo día de audiencia que se había venido realizando desde el martes 6 de agosto.

Ya en la sala esperaban como más de 15 personas, entre medios de comunicación, fiscales, abogados, familiares de las partes, y demás.

No había llegado

No pasó mucho tiempo del inicio de la audiencia, cuando Quintero notó que Hidadi aún no se mantenía en el salón de audiencias #1. A las 9:03 a.m. decretó un receso abierto.

No fue hasta las 9:45 a.m., después de haber ingerido sus alimentos y cambiarse de ropa, que Saavedra entró al salón de audiencias, miró a ambos lados, avanzó, pero su custodio lo llamó para quitarle las esposas de las manos. Luego le dijo algo al oído y este caminó para sentarse en el sitio que había ocupado desde el día #1.

Su cabello ya no estaba como el primer día que llegó al SPA, su cabeza no brillaba por el corte de cabello (cocobolo), le había crecido y en su cráneo cabelludo sobresalía lo negro del color de su pelo.

Vestía una camisa azul, “jacker” gris, zapatos negros y jeans azul.

Lo multan por faltar a la orden

Quintero sancionó al director del centro penitenciario La Joya, Luis Mendoza Pérez, al considerar como un acto de desobediencia a una orden, debido a que no brindó ninguna explicación al Tribunal por los retrasos tardíos de Hidadi.

Hizo énfasis en que todas las sesiones habían iniciado con algo de retraso por el traslado retrasado del hoy condenado y no se había dado respuesta a los oficios donde se pedían explicación por tal falla.

Se incumplió en los artículos 63 y 64 del Código Procesal Penal y fue multado con $250.

Mientras los minutos avanzaban, más iba llegando el público, en comparación a días anteriores cuando la sala no se llenaba.

Desisten de todas las pruebas

La defensa de Hidadi Saavedra, en manos de Holanda Polo y otros colegas, desistieron de los medos probatorios que le hacían falta por evacuar, entre esos la pericial de Vanesa Zúñiga. Y en cuanto a las documentales dijo que se adhería a todas las que había desistido el Ministerio Público (MP) para que fueran tomadas en cuenta.

No hubo reproducción de los videos


Aunque el juez presidente, en la pasada sesión del miércoles 14, le había dado un plazo a la defensa para que presentaran la resolución que admitía las pruebas para poder reproducir dos videos, esto no fue presentado en la audiencia.

No había constancia

Viterbo reiteró que en el auto de apertura a juicio oral /5-19 de 12 de marzo de 2019, no había nada que dijera que dijera que había sido modificado o que admitía la evidencia material.

Hizo alusión a los artículos 18 sobre la lealtad y buena fe y el 65 en los #1 y #2 sobre la dilación procesal y actos improcedentes.

A su juicio, la audiencia del 14 de agosto se había postergado y dilatado, quedando el jurado de conciencia confinado.

“Es un acto que lo único que ha hecho es una dilación, lo que se juega en estos juicios siempre son vidas humanas”, sostuvo.

Sancionó a Polo con $500 por considerar que había faltado al artículo 65 #1 y #2 del Código Procesal Penal.

Reconsideró

La jurista sustentó su reconsideración al señalar que el miércoles salieron pasada las 8:00 p.m. y ya no había nadie y ayer era un día “feriado”, que solo se atendían casos de urgencia.

El fiscal superior de Homicidio y Femicidio del área metropolitana, Emeldo Márquez pidió que no se siguiera dilatando más el proceso y avaló la sanción impuesta.

Mantuvieron su decisión

Ante la reconsideración, el tribunal de manera unánime mantuvo la sanción impuesta a la abogada, al ver que no había ninguna resolución que modificara el auto de apertura a juicio. “El tribunal no puede practicar otras pruebas de las ya admitidas”.

 
Este debate tardó algunos minutos

A las 10:36 a.m. los tres jueces se tomaron un tiempo para elaborar el cuestionario que sería presentado a los jurados de conciencia para que respondieran si el imputado era o no culpable de los cargos acusados en su contra.

A las 10:59 a.m. se reanudó la audiencia, las partes no se opusieron al cuestionario confeccionado.

La mejor parte y la más esperada por muchos había llegado, lo mas importante en el proceso estaba por iniciar.

La sala empezó a llenarse, eran muy pocos puestos los que habían desocupados.

 
Alegatos de conclusión

Eran las 11:06 de la mañana cuando ya vendría la etapa crucial en el juicio oral, era la última oportunidad que tenían las partes para poder convencer o motivar la conciencia de los jurados.

El fiscal Márquez tomó la delantera, inició los alegatos.

Después de dar las gracias a los ocho jurados por haber escuchado el desahogo probatorio, recalcó que la fiscalía había logrado acreditar la teoría del caso desde el día #1.

Acreditando que era Hidadi quien había matado a Calderón, luego siguió haciendo un recuento de todo lo que ocurrió aquella ocasión entre el viernes 6 y sábado 7 de julio de 2018, en el hotel El Panamá.

Hizo énfasis en que la defensa jamás logró acreditar que Eduardo se había golpeado con una ampara y que Hidadi no limpió la habitación 47.

Lo acusaba directamente

Señalando directamente a Hidadi y con un tono de voz elevado, el fiscal dijo “quien causa la muerte es Hidadi Saavedra, no hay otra persona, es él”.

En ese momento, Hidadi lo miraba fijamente. Pero como Márquez le daba la espalda, continuó con su relato.

“¿Limpió o no limpió la habitación? Claro que la limpió y tuvo tiempo de hacerlo”, insistió.

Descartó que le hubieran robado, ya que su celular y su cédula de identidad personal había sido encontrada junto al cuerpo de Calderón, justo en las escaleras de las cabañas que conducen a la habitación 47.

“Dónde le robaron, cuándo fue ese robo”, se volteó el fiscal, levantó su mano derecha y sacó su dedo índice.

Luego dio unos pasos para atrás para posicionarse frente a los jurados.

Hidadi parpadeaba varias veces, en su cuello se observaba cuando tragaba fuerte, le dio picazón en la nariz y pasó su mano izquierda sobre el rostro.

Mucha atención

Los jurados estaban muy atentos y concentrados a los alegatos del fiscal. Dos mujeres a los extremos y un hombre al centro, en la primera fila, eran los que más interesados se veían.

La sala estaba captada por las declaraciones del fiscal.

“No tengo ninguna duda en que Hidadi fue el asesino, por eso estoy aquí mirándolos a los ojos a ustedes”, expresó.

El jurado sentado en el medio, movía sus piernas con inquietud y miraba al rostro al fiscal.

El fiscal aumentaba su tono de voz al hablar de los restos de sangre encontrados en las escaleras, pasillo, habitación 47 y en la puerta de la 48.

El silencio en el público era interrumpido por una mujer de pelo amarillo y tez blanca, quien tosía con insistencia.

“Él (Hidadi) estaba armando su cuarteto, pero no le salió”.

También le recalcó el apodo que le decían los familiares de la exnovia de Hidadi, Marlene Rodríguez, “La Batichica, ahí está La Batichica”.

En el público, del lado de los familiares de la víctima, un adulto mayor de tez blanca, con cabello canoso y lentes, movía su cabeza de un lado para el otro cuando el fiscal hablaba de la expareja de Hidadi, Marianela Acevedo, también es hermana de crianza de Eduardo.

En este momento al fiscal le restaban nueve minutos para llegar a la hora de alegatos.

Solo le faltaron cuatro minutos para acaparar la hora, del tiempo de una hora y 30 minutos que fue dada por el Tribunal de Juicio Oral para cada una de las partes. Su intervención culminó a las 12:02 p.m.

 
Parte querellante

Un minuto después, a las 12:03 p.m., el abogado querellante, defensor de las víctimas del delito, Pablo Menotti, inició su alegato recalcando “se pierde una vida en manos de una vida”.

Anunció que sería conciso y preciso.

A su juicio, ellos se habían comprometido a probar que el 7 de julio de 2018, se le propinó un golpe mortal a Eduardo Calderón por Hidadi Saavedra, quien limpió la habitación “aquí si podré ocultarme, pero eso es un delito, homicidio doloso agravado”, recalcó.

A las 1:08 de la tarde, ya había terminado de hablar. Tardó una hora y cinco minutos.

Decretaron un receso para que el jurado pudiera hacer sus necesidades fisiológicas.

En este lapso, Hidadi abrazó a su hija y movía su cabeza de un lado para el otro, luego se sentaron, ambos tenían cara de angustiados.

Rompió el silencio

Tal vez, su hija, de 25 años fue quien le dio el valor necesario a Hidadi para que terminara con el silencio que había guardado durante los ocho días de juicio oral.

A las 1:31 p.m., Hidadi se puso de pie, se paró frente al proyector, cruzó sus manos en la parte trasera, mientras esperaban que las auxiliares de salas le entregaran el micrófono inalámbrico.

Comenzó sus alegatos cuestionando a la fiscalía, señalando que ellos sabían que él también era una víctima e inocente.

En todo momento se mantuvo firme en la postura en que jamás le haría daño a Eduardo Calderón, ya que para él era su hermano, su familia y con quien vivió miles de anécdotas.

“Yo sé en mi corazón que aunque no recuerde nada, “Eduardito” a mí no pudo haberme golpeado, él jamás pudo haberme hecho eso”, indicó.

También insistió en que para él la familia de Calderón sigue siendo su familia y aún los ama, aunque se mantengan divididos a causa de que el Ministerio Público ha haya hecho una buena investigación (Ver la declaración completa de Hidadi).

Solo demoró una media hora alegando, a eso de las 2:00 de la tarde ya había terminado de hablar. Pidió a los jurados que tomaran una decisión correcta porque él era inocente.

Defensa

Holanda Polo se puso de pie frente a los jurados, para refutar todo lo dicho por la defensa y el MP.

Fue enfática al recalcar que “el veredicto de hoy depende del veredicto del padre David Cosca”.

A su parecer, es muy triste jugar con la libertad de una persona a manera de trofeo para el MP.

“Si Hidadi se va libre, el padre se va libre, pero Hidadi se tiene que quedar”, sostuvo.

Hizo énfasis en que el caso no tuvo lo fundamental que era la recreación de los hechos y que el Estado se había gastado $70 mil en pruebas de ADN y no tenían nada concreto en su investigación.

Enfatizó en que ningún testigo dijo que vio a Hidadi matar o golpear a Calderón y que muchas personas desfilaron por las manos del MP, porque no tenían certeza del móvil del hecho, que nunca pudo ser comprobado porque en la carpetilla no existía nada.

A las 2:45 p.m., los alegatos de Holanda fueron interrumpidos cuando se activó la alarma contra incendios, era una falsa alarma, el juez dijo que se trataba de una falla técnica y que aguardaran un momento.

Antes de dejar claro que ella estaba en la defensa de Hidadi como una amiga señaló “Hidadi es el premio del fiscal y la condena de Cosca”. Pidió se dictara el fallo de no culpabilidad porque Hidadi era inocente.

A las 3:17 p.m. cerró el debate, tras concluir la participación de la defensa.

El juez Quintero, dijo que los jurados debían deliberar en sesión secreta. Para eso se debería elegir un presidente, quien iba a liderar la discusión y además se designaría un suplente, quien quedaría separado de la votación para que no quedara igualitaria.

Con un sobre amarillo, la asistente judicial pasó por cada uno de los jurados; seis mujeres y dos hombres para que tomaran un papel y a quien le saldría la palabra suplente, era quien quedaba fuera de la votación.

Quedaron siete jurados

Le tocó a uno de los dos hombres, de tez morena. Quien se puso de pie al conocer que era el suplente.

A las 3:20 de la tarde el tribunal decretó un receso abierto.

A eso de las 4:50 p.m. no había un solo puesto en la sala de audiencias #1, nadie quería quedarse sin conocer la decisión de los jurados de conciencia.

No tardaron mucho como se esperaba, a las 5:01 p.m., ya estaban listos para dar a conocer su fallo, cerca de una hora y media se tomaron par decidir el destino incierto que mantenía Hidadi.

Una de las jurados de conciencia, quien siempre se sentaba en la primera fila, fue la declarada presidente y en sus manos tuvo la dura tarea de leer la decisión que declaró culpable del delito de homicidio doloso agravado a Hidadi Santos Saavedra Rodríguez.

Había llegado la hora final

De inmediato, el juez pidió a los presentes ponerse de pie para que los jurados desalojaran la sala, de inmediato las personas se levantaron de sus sillas.

Algunos comenzaron a salir, caras tristes, llanto, abrazos y un silencio preferían guardar tanto los familiares de la víctima como del condenado, quienes mantuvieron una estrecha relación, más que amigos, familiar.

El MP pide la pena máxima de 30 años de prisión, pero esto solo se sabrá el próximo lunes 19 de agosto, cuando el Tribunal de Juicio Oral, a las 2:00 p.m., dicte la sentencia para Saavedra.

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