¿Cómo lucir una piel hermosa y radiante a cualquier edad?
Una hidratación adecuada y evitar alimentos con alto contenido de azúcares y grasas contribuye a la salud de la piel.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y cumple un papel crucial al protegernos de agentes externos, como la contaminación y los rayos UV. Debido a su constante renovación, requiere cuidados adecuados para mantener su bienestar, apariencia y vitalidad, así lo señala la
Para lograrlo, es fundamental invertir en la nutrición externa de la piel mediante el uso de productos tópicos, como cremas y serums, que ayudan a preservar la hidratación y la protección frente a agresiones externas, contribuyendo al cuidado y bienestar de la piel, señala Laura Chacón-Garbato, Máster en Nutrición Médica.
A continuación, algunos cambios que se dan según la edad:
A los 20 años: La piel enfrenta cambios hormonales y un aumento en la producción de grasa. Aunque generalmente no se evidencian arrugas o líneas de expresión, la prevención es esencial, enfocándose en establecer buenos hábitos desde temprano.
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A los 30 años: El ritmo acelerado y el estrés impactan la salud de la piel. Señales como pérdida de firmeza y poros congestionados se evidencian en esta etapa.
A los 40 años: La pigmentación desigual, resequedad y las líneas de expresión se vuelven más evidentes, además que la producción de aceite se ralentiza.
A partir de los 50 años y más: Se producen cambios en la piel como pérdida de elasticidad a un ritmo más acelerado y la aparición de manchas relacionadas con la edad se hace más notoria.
Chacón-Garbato explica que seguir una rutina diaria de cuidado de la piel es clave, ya que la falta de atención puede exponer a la piel a agentes dañinos, como la contaminación, que acelera el envejecimiento y puede causar irritaciones.
Rutina diaria, simple y efectiva: Limpieza, hidratación y protección solar.
Además, la especialista que llevar hábitos como una buena rutina de sueño es fundamental puesto que, durante el descanso nocturno, el cuerpo se repara a sí mismo, beneficiando la piel, el cerebro y los músculos. El flujo sanguíneo en la piel aumenta, lo que permite la reconstrucción del colágeno y la reparación del daño causado por la exposición a los rayos UV, ayudando a reducir las arrugas.
Mantener una alimentación saludable, una hidratación adecuada y evitar alimentos con alto contenido de azúcares y grasas contribuye a la salud de la piel. Incluir alimentos ricos en antioxidantes protege contra el daño oxidativo causado por los radicales libres.