La piedra que tiene vida, se puede aparear sola y se come
Se trata de un filtro marino, sin embargo, su característica más notable es lo mucho que se parecen a algunos órganos atrapados dentro de una roca.
Es una piedra, está viva y se come. Científicamente le llaman Pyura chilensis, pero popularmente se le conoce como piure. Se trata de un filtro marino emparentado con las ascidias, que carecen de cerebro u órganos sensoriales. Superficialmente tiene cierta semejanza con los erizos de mar, pero tienen una historia evolutiva muy diferente. Habitan las zonas intermareales frente a Chile y Perú y son un plato muy popular en esos países. Sin embargo, su característica más notable es lo mucho que se parecen a algunos órganos atrapados dentro de una roca. La vida sexual de los Pyura chilensis es algo exótico también, desde la perspectiva de los mamíferos. Nacen con sexo masculino y se convierten en hermafroditas durante la “pubertad”. Esto significa que, si bien suelen reproducirse con otros miembros de su especie, si un individuo se encuentra aislado no necesitaría de otro cerca para reproducirse, ya que pueden aparearse consigo mismos. La fertilización cruzada es más frecuente, incluso cuando sólo dos especímenes se juntan, pero la descendencia de la autofecundación parece ser tan exitosa como la que tienen dos padres, y los investigadores concluyeron que “la autofecundación es una alternativa ventajosa cuando las fuentes de esperma son escasas”. La otra cosa notable acerca del Piure es la concentración de vanadio en su sangre. Junto con otras ascidias, los P chilensis tienen niveles de vanadio millones de veces mayor que el agua de mar en la que viven. No está claro qué beneficio obtienen de este metal pesado, que es bastante tóxico en pequeñas cantidades para la mayoría de los otros animales, o incluso si se trata de un problema para las personas que se alimentan de ellos.