El camisón de preso, para expresidentes
Yo estoy por creer que se trata de un extraño virus político que ha llegado con el cambio climático a nuestras playas para despertarnos del mortal sueño “chagásico” que nos aturde. América Latina está violentamente afectada, no tanto por los huracanes y temblores que nos llenan de mucho dolor. La situación es más terrible que las tormentas que arrasan pueblos y vidas, y se nota porque no es común que en poco tiempo se haya desatado la conducción a las mazmorras de casi una decena de exmandatarios.
Ya es común ver a estos tipos brincar de alegría junto a miles de sus seguidores cuando los tribunales electorales los declaran como presidentes de sus Repúblicas, así como también en poco tiempo observarlos bramando de rabia y terror escoltados por policías conduciéndolos a las prisiones. Esto es alarmante, parece un toque de bruja como explicaba mi mecánico “Manteca”, cuando algo fallaba en mi vieja cacharpa. No puede ser que se hayan desatado en nuestra América Latina los recibimientos en las cárceles de 9 expresidentes. Como que en esos países del tercer mundo muy apreciados por Panamá, sus habitantes se hayan colmado de las arbitrariedades, de los encubrimientos descarados, del centralismo vulgar, la discrecionalidad y la corrupción.
No necesito darles los nombres de los expresidentes encarcelados y acusados por delitos porque ustedes los saben mejor que yo y hasta han comprado el famoso juego de figuritas con sus retratos, edad, penas y acusaciones. Tampoco voy a dar nombres porque cualquiera de estos privados de libertad puede demandarme y entonces tendría yo que ponerme el camisón de preso, que les corresponde a ellos y a sus secuaces, vestimenta que me asusta solamente por el olor que dicen que tiene. Pero es fácil pensar entonces que países como Perú, El Salvador, Brasil, Guatemala y Honduras con sus juicios provocarán un contagio en el resto de América Latina.
El caso más escandaloso en nuestro continente y posiblemente en el planeta se resume en dos: Odebrecht y Penonomé Papers; del primero han salido muchos embarrados y enjuiciados, ¿pero en Panamá?... Solo se sabe de números y no de nombres. La fiscalía panameña de blanqueo de capitales y corrupción menciona a 43 imputados, del segundo han rodado cabezas también en otros lares, pero en Panamá Cabeza.