S&P mantiene el grado de inversión de Panamá
En palabras de la calle: los que prestan plata todavía confían en que Panamá paga y no se descontrola.
Mientras mucha gente anda preocupada por el costo de la vida y el vaivén económico, llegó una buena noticia desde afuera: Standard & Poor’s volvió a darnos el “sí” y dejó la calificación de Panamá en BBB- con perspectiva estable.
En palabras de la calle: los que prestan plata todavía confían en que Panamá paga y no se descontrola.
Según el informe, la economía panameña ha demostrado que, aunque le tiren piedras, se mantiene firme. La gente de S&P resaltó que el país ha llevado una línea seria en las finanzas, apretando donde hay que apretar y ordenando la casa para que los números cuadren. También mencionaron que aquí la economía es variada: logística, servicios, construcción, energía y hasta tecnología están empujando.
¿Por qué nos mantuvieron la calificación?
Porque, según la calificadora:
- El gobierno está siguiendo una ruta clara para bajar el déficit, cumpliendo la Ley de Responsabilidad Social Fiscal.
- Se está manejando la deuda con más cabeza fría: menos apuros, mejores plazos.
- Ha mejorado la forma en que se usa la plata, se digitalizan procesos y se ve más transparencia.
- Confían en que Panamá mantendrá la calma macroeconómica, subirá la recaudación y no se va a desbordar endeudándose.
¿Y esto en qué ayuda al panameño de a pie?
Aquí está lo que la gente quiere saber:
- Con una buena calificación, el país consigue préstamos más baratos, o sea, paga menos intereses. Eso libera plata para obras, becas, salud y seguridad.
- Los inversionistas ven a Panamá más confiable y eso atrae empresas, oportunidades y empleos formales.
- La economía se vuelve más estable, lo que significa menos sustos para las familias.
- Y con más confianza afuera, el país puede financiar infraestructura que mueve la economía y deja trabajo en la calle.
El mensaje del Gobierno
El Gobierno dice que seguirá trabajando para:
- Reducir poco a poco el déficit y llegar al 4% del PIB en 2025.
- Manejar la deuda con cuidado.
- Impulsar proyectos que traigan crecimiento, competitividad y empleo.
- Modernizar el Estado con más transparencia y eficiencia.
Al final, esta calificación mantiene a Panamá como un país que, pese a los problemas, sigue mostrando seriedad y ganas de avanzar, dando un mensaje claro a los mercados y, sobre todo, a la gente: la economía se está moviendo con control y con cabeza.
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