Artesano exporta talento al mundo desde Campana

Matildo Escudero descubrió desde niño su vocación por el arte, pero no fue sino hasta graduarse de soldador en el Instituto Profesional y Técnico de Los Santos, de donde es oriundo, cuando comenzó su labor como artesano y diseñador de sus singulares obras hechas a mano con material desechado de diferentes talleres.

Su experiencia en los metales se enmarca en el hecho de haber trabajado en talleres haciendo verjas, puertas y cercas, combinado con la soldadura y la mecánica de autos; fue entonces cuando pudo ver la cantidad de material que se perdía en diversos trabajos, por lo que decidió recoger estas partes de metal de buena calidad para soldarlas y darles formas.

Escudero comenta que sus diseños no son repetidos ni tampoco forman parte o aparecen en ningún sitio, solo algunos, como los dinosaurios, podrían aparecer en enciclopedias antiguas, pero no porque los haya copiado sino por la similitud.

Realmente, el apasionado artesano tuvo que mudarse varias veces para persistir en su trabajo, luego de haber laborado en Los Santos, a al menos tres lugares y para otras personas, tras lo cual decidió trasladarse de su provincia natal.

"Le pedí de rodillas a Dios que me diera una idea para salir de allí, y al poco tiempo pude iniciar el camino con la compra y venta. Me día cuenta de que lo que se vendía eran las antigüedades y me puse a fabricar y a restaurar piezas", relató Escudero.

Son 13 años los que lleva, desde entonces, trabajando con los diseños de figuras de metal en el río La Villa, La Arena de Chitré, Sajalices de Chame, La Pita de Capira, en Villa Mireya en Capira y finalmente pudo comprar su propia casa en las faldas del cerro Campana, donde conjuntamente con su esposa y socia trabaja las obras de arte.

El artista aclara que en realidad el material no es donde se concentra el valor de sus creaciones, sino la expresión final que tiene cada pieza al armarla.