Violencia e incapacidad

Es un hecho indudable que la violencia en Panamá esta fuera de control. Como una forma de justificar su incapacidad para combatirla, los responsables de seguridad del actual gobierno, primero intentaron hacer creer a la ciudadanía que las cifras de actos delictivos habían disminuido en la actual gestión, ahora dicen que la delincuencia está focalizada en actos violentos que cometen las bandas criminales entre sí.

La realidad es que los criminales están atacando a los ciudadanos, los secuestran, se les meten en las casas, les roban sus automóviles a punta de pistola, le hurtan sus pertenencias, los matan

En otro ámbito, pese a que cifra en mano se asegura que han disminuido los homicidios, se deja de lado que hay un aumento de tipo penales como el femicidios, el incremento de los robos a los bancos y los secuestros.

Si los ciudadanos no se sienten seguros ni en sus casas, entonces el gobierno tiene que admitir que ha fracasado en su política de seguridad pública.

Al igual que con el problema de la falta de agua, lo que hace falta es voluntad, talento, conocimiento y mística para enfrentar la inseguridad ciudadana dentro de un enfoque multidisciplinario de corte preventivo, pero también científicamente represivo.

Olvídense del penal de Isla Coco dizque para aislar e los cabecillas de banda y peligrosos malandros. Esta medicina es peor que la enfermedad, porque no resuelve nada, al contrario, le va a crear un dolor de cabeza jurídico a Panamá, ya que esta política va en contra de tratados internacionales sobre derechos humanos firmados por el país y lo que provoca es que surjan nuevos cabecillas de banda.