"No creo que me importe si es un niño o una niña. Me gustaría mucho que llegara pronto. Me voy de vacaciones", comentó.
Al ser cuestionada sobre si prefiere que sea niño o niña, la reina
aprovechó para manifestar su impaciencia ante el inminente
acontecimiento, que podría producirse de un momento a otro, según reveló
Efe.
De acuerdo con el portal español El Mundo la insólita confesión de la Reina se produjo a su paso por la escuela primaria de la Iglesia Anglicana en Wiggonby.
"No creo que me importe si es un niño o una niña. Me gustaría mucho que llegara pronto. Me voy de vacaciones", comentó.
Como es costumbre, la soberana se trasladará al castillo de Balmoral,
en Escocia, para pasar unos días de descanso, que este año se verán
marcados por la llegada del hijo del príncipe Guillermo y su esposa,
Catalina.
Aún no hay fecha oficial
El llamado "bebé real" será el tercero en la línea de sucesión al
trono inglés y reinará con independencia de su sexo gracias a un
reciente cambio legislativo apoyado por la propia Isabel II.
Las palabras de la reina se unen a las de su nuera Camilla, esposa
del príncipe Carlos, y padre del duque de Cambridge, que a principios de
semana reveló que los futuros abuelos esperan ansiosos "noticias al
otro lado del teléfono", si bien apuntó a que el bebé podría llegar a
finales de esta semana.
Sin fecha oficial para el nacimiento, desde el palacio de Buckingham
se apuntó a que Catalina saldría de cuentas a mitad de julio, lo que
hace pensar que su ingreso hospitalario podría producirse en cualquier
momento.
Sin embargo, según el diario Daily Mail la futura abuela,
Carole Middleton, ha revelado a sus conocidos que el bebé real será del
signo astrológico Leo, por lo que nacería después del 23 de julio.