Comentarios chorreranos
Me comentan que a la maqueta para el proyecto de ampliación del túnel, debajo de la autopista, que comunica con la barriada Santa Elena y la escuela Endara Galimany, le salió polilla. Como dice la cumbia, otro año que pasa y yo esperando.
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Después de la mudanza del antiguo vertedero hacia El Diamante, la carretera a Playa Chiquita ha quedado intransitable.
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Las familias que compraron viviendas en el proyecto Brisas de San Francisco, en la vía hacia La Mitra, se sienten estafadas. Las calles están en pésimo estado y las aguas negras están siendo vertidas en una quebrada cercana. Y con el visto bueno de MiAmbiente, una empresa constructora acaba de talar más de 15 hectáreas en los llanos de Manolo Ávila. El área semeja un paisaje lunar.
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Hay que ver el juego de ping pong de MiAmbiente y Anati en el lío de los depredadores de las áreas protegidas que ya quieren hacer negocios con los últimos reductos ambientales que nos quedan a los panameños. Cuando dejen al país convertido en un desierto se van lejos con los bolsillos llenos de dinero dejándonos la sequía y los peladeros.
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Detrás de la feria, un particular ha improvisado un acceso para entrar y salir de la autopista, incluso cobra peaje sobre la servidumbre vial. Mientras eso ocurre en La Chorrera, el ministro Hueco, mimado de Varela, anda viendo cómo demuele el letrero de los habitantes de Remedio.
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A los que construyeron una estructura para colocar el tanque de gas sobre la acera, donde estuvo la Casa de Las Piñas, a Ingeniería Municipal, los bomberos y Sinaproc les entró por un oído y les salió por el otro, las quejas de los peatones que ahora cuando pasan por el lugar tienen que caminar por la calle, arriesgándose a que los mate un carro.
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Tremendo zambapalo hay por la barriada Revolución Final con un lote que le fue concesionado a la Iglesia, y ahora quieren pasarlo a manos de terceros. ¡Otra vez!