El problema de la basura
Vastos sectores de la ciudad capital y la periferia están inundados de basura. El problema no es nuevo, ya que cada director de la entidad responsable debe enfrentar esta situación que ocasiona perjuicios a miles de panameños y pone en duda la capacidad para solucionar el problema de quienes ocupan coyunturalmente el cargo.
Se insiste en culpar al ciudadano promedio del problema, alegando que carece de la cultura de la limpieza o en buen panameño, que “somos cochinos”. Algo de cierto hay en eso, ya que es innegable la incuria de un sector de la ciudadanía, pero ese no es el problema.
El verdadero problema es la histórica incapacidad e ineptitud gubernamental, su falta de visión para enfrentar el problema del aseo urbano, en el que la corrupción y el juegavivo permean todas las actuaciones de generaciones de funcionarios.
Esa es la única explicación que hay frente a los periódicos gastos de millones de dólares en camiones nuevos y modernos, que a la postre no resuelven nada y a la vuelta de pocos años terminan dañados, vandalizados y convertidos en chatarras.
Lo que hace falta es visión estratégica a largo plazo para enfrentar la problemática, de nada sirven esos gastos millonarios si a la postre sigue el problema por falta de planificación.
La incapacidad es tan grande que existe una deuda millonaria en concepto de tasa de aseo, que han sido incapaces de cobrar, sobre todo porque no existe autoridad moral para pedir retribución por el pésimo servicio que ofrecen, cuando lo ofrecen, porque en más de las veces la basura se pudre en las canastas de las barriadas citadinas sin que nadie la recoja.