Evite caer en el consumismo
Iniciamos el mes en el que la mayoría de los consumidores, de una u otra manera, gasta algo de su dinero para satisfacer alguna necesidad personal o familiar.
Como orientadores de la opinión pública, no está de más recordar la importancia de ser realista y mantener la disciplina presupuestaria, a fin de evitar caer en deudas que puedan afectar la economía hogareña.
No podríamos hacer recomendaciones efectivas si nosotros mismos nos damos a la tarea de no practicar lo que enseñamos a nuestros hijos. El buen ejemplo empieza por la casa y la mejor educación frente al consumismo es la precaución y planificación, dándole valor al presupuesto familiar.
Considere los gastos fijos de su hogar e igualmente preste mucha atención a los denominados “gastos hormiga”, que son pequeños y diarios, que hacemos casi sin darnos cuenta, pero que la sumatoria de ellos son fugas inconscientes del capital y devoran el ingreso quincenal. Los "gastos hormiga" pueden afectar a todas las personas sin importar edad y clase social, desequilibrando cualquier presupuesto familiar e individual.
Cultive siempre el hábito de ahorrar. Procure reservar parte del dinero para gastos imprevistos que puedan surgir. Planifique sus compras, recuerde que es conveniente pensar si esos productos o artículos son realmente indispensables. Es bueno elaborar una lista de compras. No se deje deslumbrar con los mensajes publicitarios y empaques vistosos, lea siempre las etiquetas.
No firme ningún contrato o documento que comprometa su salario por un tiempo prolongado si no lo ha leído cuidadosamente. Aclare todas su dudas, usted no tiene apuro, el agente económico quizás sí. Solicite y guarde su factura, contrato, garantía y cualquier otro comprobante de la operación comercial realizada, recuerde que sin estos documentos no podrá realizar ningún tipo de reclamos.
Evite ser una víctima más de malas prácticas o irregularidades, sea cauteloso con todas las transacciones que comprometan su dinero, tiempo y tranquilidad durante estas fiestas. Y ante todo, recuerde celebrar sin caer en el consumismo.
El consumismo es una enfermedad que poco a poco causa un gran daño al bienestar, la tranquilidad y salud del consumidor. Sigamos el sabio consejo de no gastarlo todo porque quien lo hace pierde la seguridad que brindan los ahorros, quedando a disposición de lo que ocurra, de la suerte. Recuerde que un consumidor difiere del consumista.