Le roban los huevos al águila
El dicho popular de que “le robaron los huevos al águila” cae a pelo con la pobre gestión de la Fuerza de Tarea Conjunta Águila, creada por el presidente Juan Carlos Varela, la cual ha resultado un polluelo en manos de los depredadores sociales, como los delincuentes.
El vil asesinato de nuestro seleccionado Amílcar Henríquez demuestra que no hay inteligencia en nuestros organismos de seguridad, que son reactivos y no activos. Nos referimos a las labores propias de recolección de información sensitiva para usar esos datos en la elaboración de una estrategia efectiva contra los criminales.
Amílcar, con sus defectos y virtudes, era un referente de aquella juventud deportista, que sale de la pobreza a base de un talento especial.
Es por ello que resultan intolerables y demagógicos los golpes de pecho que se dan las autoridades cuando dicen que van a dar con los responsables del cruel asesinato.
Avizoramos que las “Águilas” de Varela correrán la misma suerte de su “Escudo”. ¿La recuerdan, dizque una fuerza para blindar las fronteras?, o del fracasado programa Barrios Seguros, en el cual se paga a delincuentes para que sigan en la mala vida (con honrosas excepciones).
Señor Varela: entienda que la estrategia de seguridad pública descansa sobre tres ejes temáticos: PREVENCIÓN, REPRESIÓN y RESOCIALIZACIÓN; así de claro.
Cada uno de estos ejes requiere de especialistas que trabajen en armónica colaboración.
No es con “hombres de negro” armados hasta los dientes que se combate a los delincuentes; es con inteligencia... inteligencia... inteligencia.