Privilegios
Los lamentables sucesos del 9 de enero de 1964 fueron causados por los privilegios que disfrutaban los norteamericanos que vivían en la Zona del Canal. Desde el punto de vista sociológico, esas personas se convirtieron con los años en una “casta”, un grupo especial dentro de la sociedad panameña y la misma de Estados Unidos. Ellos recibían mayores salarios que en su patria por el “sacrificio” de trabajar aquí. Vivían en sitios que eran mejores que los que tenían en EE.UU. Entre los privilegios estaban comprar en los comisariatos, que vendían la mercancía a menor precio del normal. Cada cierto tiempo tenían derecho a visitar la patria, con facilidades económicas. La Zona del Canal era un paraíso tropical, construida para el disfrute de una vida sana, rodeada de hermosa vegetación. La diferencia de sueldos les permitía a los llamados “zonians” tener empleadas domésticas, jardineros y otros servicios que no podrían pagar en Estados Unidos.
Con el tiempo, esas personas consideraron que eran dueñas del sitio donde vivían. La existencia de un Tratado a perpetuidad era garantía de que las “cosas no cambiarían”. Cuando la juventud panameña comenzó movimientos para restablecer la soberanía en la Zona Canalera, el “país de las maravillas” donde vivían quedó en peligro de desaparecer. La política internacional y la superación económica y social de este pequeño país logró que se acabara la perpetuidad del Tratado del Canal. Esto llegó hasta la aceptación por parte de EE.UU. de que la bandera panameña ondeara “al lado” de la norteamericana en sitios de la Zona. Ese fue el detonante que exaltó a los “zonians”, que comprendieron que estaban terminando sus privilegios. Se opusieron a que estudiantes del Instituto Nacional izaran la bandera, y comenzaron los disturbios. Los panameños de la época fueron valientes y se enfrentaron con piedras y palos al ejército más poderoso del mundo. Hubo vandalismo en la ciudad contra propiedades de “zonians”, como automóviles quemados. Casas de fin de semana de norteamericanos en playas fueron abandonadas. Algunas damas que iban a fiestas en la Zona sufrieron humillaciones. Los panameños no odiamos a los gringos. Algunos los ayudaron para que no sufrieran ataques. La policía de la época no se atrevió a proteger a los protestantes, varios de los cuales murieron al destruir propiedades de EE.UU. No todos los soldados estaban contentos con atacar a los nacionalistas panameños. Lástima que al entregarnos la Zona, esta ha sido disfrutada por gente con dinero y extranjeros. El pueblo panameño siguió fuera de la Zona…