Retornar
El pasado fin de semana, asistimos a la Primera Feria del Libro en Veraguas, evento organizado por el “mall” de Santiago, con el fin de promover la lectura y la cultura en sus diversas manifestaciones en la provincia. En horas de la noche viví una emoción inigualable cuando logré presentar mi libro: “Y Dios estuvo allí”, en la comunidad de Montijo, ubicada a 15 minutos de Santiago, sitio que guardo en mi memoria desde la infancia, pues desde mis primeros años lo visitaba junto a mi madre y hermanos, haciendo de este terruño, con el paso de los años, el lugar ideal para compartir con los abuelos, hacer amistades, participar en festividades propias de la región y disfrutar las vacaciones de verano.
Fue una visita agradable, donde llevamos de la mano de la maestra Luz María Batista, nuestra producción literaria cargada de testimonios reales de personas que han sentido la presencia de Dios. Una producción literaria que contiene mensajes alentadores que fortalecen la fe y la esperanza en el lector, pues su contenido logra captarlo e identificarlo con los temas que se presentan.
Una obra que como identifica la profesora Elvia de Araúz, en la presentación que realizamos en Boquete, hace unas semanas, recoge testimonios reales que de alguna forma fortalecen la dimensión espiritual del lector para sumergirlo en un pensamiento que interpela al ser humano en una profunda reflexión. Cada relato aborda un asunto cotidiano, que expresa la vida misma en su ejercicio pleno, y donde de alguna manera se ubica al lector.
“Y Dios estuvo allí”, añade la profesora Araúz, contiene temas afines a nuestra realidad, lo que hace que fácilmente se conecte a experiencias vividas, logrando que el lector lea, se detenga, piense, analice, reflexione y continúe bebiendo el jugo sabroso de cada historia hasta penetrar en un mundo posible, provocando en el ávido lector el deseo de seguir la lectura hasta conocer su final.
Genialmente, la profesora Elvia Miranda de Araúz describe como educadora que es la portada de esta obra, la cual está representada por un lienzo de Sheila Lichacz, artista pictórica de mi Panamá, el país de las oportunidades, quien a través de su pintura, nos recuerda que somos peregrinos en este mundo y que en el tiempo perfecto de Dios todos volveremos a Él.
Tras esta visita quedó la puerta abierta para visitar a los primos y recuperar el tiempo que por nimiedades, quizás, no disfrutamos en familia.