Vale
Hace más de sesenta años, en Panamá circulaba un dicho popular que señalaba “borracho no vale”. Significaba que muchas actividades cometidas por los borrachos no debían ser tomadas en cuenta. Sin explicar situaciones médicas, se advertía que el consumo exagerado de licor causaba un descontrol de la personalidad. Los borrachos perdían el sentido de la realidad, dejaban a un lado valores y reglas de convivencia ciudadana. El alcoholismo es muy antiguo en el mundo. En la Biblia hay personajes víctimas del alcohol que hasta son objeto de burlas de sus parientes.
Por más de cien años se consideró el alcoholismo como un vicio, una adicción (atracción) de la cual era culpable la persona por no controlarse. Debido a esto, en el aspecto sociológico, los borrachos eran despreciados por las sociedades. Hace unos años se consideró al alcoholismo como una enfermedad y esto disminuía el rechazo social hacia ellos. Mi mente se va por el “túnel del tiempo”, más de sesenta años atrás, cuando conocí los efectos del alcohol en un ser humano. Era el papá de uno de los amiguitos de la calle primera Parque Lefevre. Al volver de su trabajo por la noche, el señor caminaba haciendo zigzag, a punto de caerse. Varios niños íbamos detrás en silencio, por respeto al padre del amigo.
Decenas de años después, supe de casos en los que los hijos, llenos de vergüenza, sacaban al padre borracho de la cantina para llevarlo al hogar. Un análisis sociológico indica que el daño social que hace el alcohólico es superior al que sufre su cuerpo. Claro que mucho alcohol daña el hígado y puede causar hasta la muerte. Las células del cerebro mueren, y se puede llegar incluso a un descontrol de los músculos.
En lo social, el alcoholismo hace que una persona pueda maltratar a su pareja e hijos. Gran parte de la violencia doméstica actual se debe a esta razón. El borracho se gasta mucha plata en licor, lo que afecta la economía familiar. Es común que busque dinero como sea, incluso violando la ley. Ninguna empresa mantendrá mucho tiempo a un empleado que no controla la bebida. Conozco historias de parientes alcohólicos que han abusado sexualmente de familiares. Otros causaron accidentes de tránsito. Existen medicinas, que no siempre son efectivas, contra el alcohol. Hay agrupaciones de ayuda mutua, para regenerar a los alcohólicos (¿Cree Ud. que “borracho no vale”?).