El perfil de un cardenal
El Papa da el título de cardenal a quien él quiere, y lo hace confiando en las cualidades morales e intelectuales de la persona.
El derecho canónico (Canon 351) establece: “para ser promovido a cardenal, el Romano Pontífice elige libremente entre aquellos varones que haya recibido al menos el presbiterado (orden sacerdotal) y que destaquen notablemente por su doctrina, costumbre, piedad y prudencia en la gestión de asuntos; pero los que aún no son Obispos deben recibir la consagración episcopal”. Sobresalen dos funciones esenciales de los Cardenales: elegir al Papa según el derecho particular y asistir al Sumo Pontífice en su tarea de pastor universal, tanto colegiadamente, cuando son convocados, particularmente en los consistorios; como individualmente, a través de los distintos oficios que puedan desempeñar (En calidad de prefectos o presidentes de los organismos de la Curia Romana o como miembros de uno o varios dicasterios de la Curia para el que ha sido nombrado por el Sumo Pontífice para un período de 5 años). Sin embargo, además de lo anterior, el comunicador social, abogado y reconocido laico panameño Carlos Manuel Lee manifestó que “respecto al pontificado que está promoviendo el papa Francisco y que se deduce de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium... me permito compartir algunas características que deberían tener estos colaboradores: enérgico para que pueda animarnos a vivir los valores de justicia, libertad y verdad; fuerte para que pueda resistir las distracciones de una sociedad que ha puesto el tener como principal valor; drástico para combatir el egoísmo y la manipulación de los poderes de este mundo; implacable para no dar cabida a las debilidades humanas que han utilizado las estructuras mismas de la Iglesia para buscar satisfacer intereses particulares y mezquinos. Con una voz que truene ante las injusticias sociales que aún están presentes en este mundo, excluyendo a partes importantes de los seres humanos de los dones dados por Dios para que todos y todas vivamos abundantemente”. Por su parte, Jorge De Las Casas, especialista en temas de la Iglesia, sostiene que "el título de cardenal es un grado honorífico no un cargo en la Iglesia, por lo cual no hay condiciones objetivas que se deban satisfacer para lograrlo. El Papa da el título de cardenal a quien él quiere, y lo hace confiando en las cualidades morales e intelectuales de la persona, en su servicio a la Iglesia y en su testimonio personal como cristiano. Por ejemplo, grandes arzobispos que fueron perseguidos por su fe bajo el régimen comunista o se les llevó a prisión, fueron creados cardenales (esta es la palabra técnica "creado") para reconfortarlos, reconocerlos y estimularlos en su lucha”.