¿Quién sopla los fallos? Abogados exigen investigar filtraciones en justicia
La penalista dijo que filtrar decisiones no es hacer periodismo investigativo, y que cuando la información se filtra antes de tiempo, pierde la justicia y pierde el periodismo.
En Panamá, cuando un fallo judicial se conoce antes de llegar a las manos correctas, la alarma no suena en los tribunales, suena en la calle. Y eso es justamente lo que ha pasado tras las declaraciones de la abogada Karisma Karamañites, que reabrieron una vieja herida: las filtraciones dentro del sistema de justicia.
El señalamiento no es menor. Se habla de decisiones judiciales que habrían sido conocidas antes de ser notificadas oficialmente, y de una posible ventaja informativa que habría llegado hasta Annette Planells, exdirectiva del diario La Prensa. Un tema pone sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿quién está soltando la información y desde dónde?
La abogada penalista Guillermina Mc Donald no se mostró sorprendida. Aseguró que estas situaciones vienen repitiéndose desde hace años, y recordó que dentro del gremio legal han sido constantes las quejas porque ciertos fallos del Ministerio Público y del Órgano Judicial aparecían publicados cuando los propios abogados aún no habían sido notificados.
Para Mc Donald, si alguien que no es parte del proceso sabe antes que las partes, hay un quiebre serio del sistema. No se trata de rapidez periodística ni de investigación profunda, sino de un acceso anticipado que, de confirmarse, cruza una línea peligrosa.
La penalista dijo que filtrar decisiones no es hacer periodismo investigativo, y que cuando la información se filtra antes de tiempo, pierde la justicia y pierde el periodismo.
Según explicó, esta no es una molestia nueva, sino un reclamo que los abogados han venido haciendo en voz baja durante años. Sobre las declaraciones de Karamañites, Mc Donald aclaró que no se mueve por rumores ni interpretaciones, sino por hechos y pruebas.
Sin embargo, advirtió que el señalamiento no puede ignorarse, sobre todo porque la propia Karamañites afirmó que “estaba dentro de la ballena”, dando a entender que conocía el manejo interno de esa información.
En paralelo, el abogado Basilio González llevó el debate al plano internacional y cuestionó el golpe que este escándalo le da a la imagen del país.
Rechazó que Panamá sea representado por una sola persona o por grupos específicos, y recordó que incluso el embajador de Estados Unidos, Kevin Marino Cabrera, puso en duda el reconocimiento otorgado a Planells durante la administración de Joe Biden, pese a que se presentó como un premio ligado a la lucha contra la corrupción.
González también marcó distancia de organizaciones como Movin y Foco, que en su momento se autoproclamaron voceras de la sociedad civil y que hoy enfrentan serios cuestionamientos. Afirmó que nadie les dio un mandato popular para hablar en nombre del país, y que la denuncia ha dejado en entredicho tanto a las personas como a los grupos que decían representar.
El jurista recordó que el 10 de diciembre de 2025 el propio embajador estadounidense cuestionó públicamente ese reconocimiento, y que ya en 2024 el comisionado Louis Sola había solicitado formalmente la reconsideración del premio.
Lejos de resignarse, González sostuvo que Panamá no es sinónimo de estas prácticas y que lo ocurrido debe servir para enderezar el rumbo, limpiar la justicia y cerrar las grietas por donde se filtra la desconfianza.
Al final, ambos abogados coincidieron que esto no se resuelve con comunicados. Cuando hay nombres, fechas y señalamientos directos, corresponde al Ministerio Público investigar si hubo delitos, y al Órgano Judicial determinar responsabilidades. Porque cuando la justicia se filtra, la confianza se evapora.
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