Lo que el viento no se llevo, ni se llevará
En nuestros tiempos, la creatividad emerge con gran fuerza para venir a sentarse a la diestra de los seres sensibles. Como madre de la innovación, no se detiene por más que los humanos a veces no queramos tomarla en cuenta, dado que nos puede hacer quedar a veces en ridículo. Pero… ¿quién no ha hecho alguna vez el ridículo? Aunque este sentimiento no sea fácil de asimilar cuando se trata, sobre todo, con gente adulta. Pero es cierto que el bufón también existe en los arquetipos del insconsciente colectivo propuesto por el famoso Psiquiatra Suizo, Carl Jung. Nuestras estructuras cerebrales son capaces de paralizarnos en el mejor o peor momento.
Para muchas Empresas y Organizaciones en general, la disyuntiva está planteada entre Crear o Perecer (título que lleva uno de mis libros acerca de la creatividad como camino). O nos transformamos o nos estancamos; o somos visibles o desaparecemos; o nos adelantamos al futuro o nos quedamos en el pasado.
El Cerebro Triuno en el cual profundiza ese destacado científico brasileño llamado Waldemar de Gregori, nos permite prever nuestro comportamiento creativo y nos asoma la oportunidad para transformar nuestro coeficiente tricerebral, en este caso, el del cerebro derecho, donde se alojan los sueños, las intuiciones, la creatividad, la visualización, las artes, las creencias y nuestra espiritualidad y emocionalidad; que con frecuencia van tomadas de la mano. Definitivamente hay que enamorarse. Si no nos enamoramos del cambio y de la ruptura, seguiremos enredados en los mismos patrones conductuales que ya las organizaciones han demostrado no poder sostener.
No hay en la reciente historia de los negocios, empresas que no hayan innovado en sus formas de organización, de nuevos productos, de formas de relación, o de formación.
El acto creador del ser humano debe ser sagrado también para los negocios. Si hoy decidimos desprendernos de lo creado por el hombre, sería imposible. Pero si es posible entender que hasta esa ropa que hoy vistes, la computadora en la que escribes, el automóvil que conduces, el avión en el que vuelas, y hasta esa forma de ver al mundo con la llama de la imaginación encendida para seguir creando; son productos de un pensamiento que estuvo en el cerebro de alguien antes de ser materializado.
El reto es de nuevo, “Crear o Perecer”. Enciende esa llama en la empresa y no dejes que se la lleve la telaraña de la historia. Lo que el viento no se llevará, será tu afán por sentirte creador y protagonista de tu propia película. Hoy es un gran día para comenzar de nuevo!...no te lo pierdas!