Piedras Blancas
La comunidad de Piedras Blancas está de luto y ese dolor se siente en los siete corregimientos del distrito de La Pintada, provincia de Coclé, sobre todo
Julio C. Caicedo / Periodista
La comunidad de Piedras Blancas está de luto y ese dolor se siente en los siete corregimientos del distrito de La Pintada, provincia de Coclé, sobre todo en el corregimiento El Potrero al que pertenece Piedras Blancas. Y es que, el 21 de enero de los corrientes, entregó su alma al creador don Nilo Arrocha Hernández, uno de los fundadores del villorrio que desde sus albores escogió a San Miguel Arcángel como su patrono y, a mediados del siglo pasado, a Don Nilo Arrocha como el abuelo universal.
Y es que Don Nilo, días antes de cumplir los 86 años, todavía regalaba tenazmente su cariño a los moradores de su pueblo, su vida tesonera juntada con su inteligencia lo destacó como: fabricante de trapiches de madera, albañil, carpintero, ganadero, agricultor de buena mano, constructor de casas, tejedor de hermosos sombreros, artesano de pilones, bateas, manos de pilón, azulejero y morcillero. La iglesia, el acueducto, el cementerio La Pavita y cuanta obra pía se necesitase en la comuna tuvieron el respaldo irrestricto de Don Nilo Arrocha Hernández.
Es la primera vez que acudo a un sepelio en el que una nube de sombreros típicos se apodera totalmente del entorno; niños, adolescentes y viejos cubrían sus cabezas con esas prendas tan panameñas. Solo los que se apretujaban en el interior de la capilla mantenían sus cabezas descubiertas y sus sombreros pegados a sus pechos como señal de respeto con el difunto Nilo. Fuera de la iglesia había veinte veces la cantidad de dolientes. Alrededor del templo se lucían sombreros de una calidad extraordinaria y como mandados a confeccionar para una ocasión propicia como lo fue el entierro del abuelo. El cercano cerro membrillo que estigmatiza la comunidad porque no está deforestado y se destaca como un cono perfecto de verde naturaleza se mostraba celoso porque no podía él dar sombra a quienes velaban al abuelo del pueblo, siento que este vergel dará la triste noticia al cerro La Barreta, al cerro Negro y a todos los afluentes de río Grande, lugares de donde sacaba miles de temas el difunto Nilo.