Vendaval

El clima está cambiando en Panamá y el mundo. Las lluvias no son tan constantes, pero cuando aparecen están causando estragos.

Al mismo tiempo, en plena estación lluviosa hay una sequía que está matando al ganado en Azuero, pero de repente se produce un vendaval que vuela techos, derriba árboles y desploma postes del tendido eléctrico.

En la capital hace poco, un aguacero acompañado de fuertes vientos derribó una treintena de árboles.

Esos son los mensajes que nos manda la naturaleza ante el abuso que hemos venido cometiendo por décadas contra el medio ambiente.

Ya es una realidad, Panamá está cada vez más expuesta a fenómenos atmosféricos que pueden cobrar vidas y causar daños cuantiosos a la economía del país.

Frente a ello hace falta una revisión de las reglas de construcción para levantar edificaciones más seguras respetando el entorno ambiental.

Por años hemos ido rebanando cerros para utilizar su tierra en rellenos y ya no existen esas barreras naturales contra los fuertes vientos, así que cada cierto tiempo veremos más afectaciones de techos y desplome de árboles y del tendido eléctrico.

No podemos depender de los rescatistas del SINAPROC a la hora de los desastres naturales. La prevención es necesaria, tanto a nivel estatal como individual, y esto se logra respetando el ambiente y construyendo bajo normas más estrictas y ordenadas.