Calle arde: cifras revelan que la paz está cara y la droga más
Pero las cifras frías no borran el sonido de las balas: 60 asesinatos solo en septiembre, seguido de julio (59) y mayo (54).
El mes de septiembre volvió a teñirse de rojo en Panamá, donde la violencia alcanzó picos. Sin embargo, el director de la Policía Nacional, Jaime Fernánde reveló que los crímenes en el país han disminuido.
En la provincia de Colón, donde la violencia alcanzó niveles alarmantes: hasta cuatro muertos en una sola madrugada, incluyendo homicidios dobles en la misma noche.
A nivel nacional, el Ministerio Público reporta 438 homicidios entre enero y septiembre de este año, un 4 % menos que los 458 del mismo periodo del año anterior.
Pero las cifras frías no borran el sonido de las balas: 60 asesinatos solo en septiembre, seguido de julio (59) y mayo (54). El mes con menos muertes fue abril, con 34.
Por provincias, la capital concentra el 42.5 % de las víctimas (186 casos), seguida por Colón (92), San Miguelito (79) y Panamá Oeste (40).
Aunque Chiriquí y Los Santos redujeron sus homicidios a la mitad, la provincia de Panamá aumentó 12 %, una señal de que la violencia se está mudando a zonas urbanas más densas.
Pandillas, rutas y droga: el triángulo del crimen
El jefe policial reconoció que el 75 % de los homicidios están ligados a pandillas y narcotráfico. El negocio de la cocaína sigue marcando el ritmo del crimen.
“Si la droga sube de precio, las peleas se vuelven más sangrientas. Nadie va a dejar de traficar para vender flores”, advirtió Fernández.
Según datos de inteligencia, la región suramericana produce 3,900 toneladas métricas de cocaína al año. Un kilo cuesta $1,400 en origen, pero puede llegar a $34,000 en Europa.
La sobreproducción global ha provocado una baja del 2 % en el valor de la droga en Europa, pero eso no significa menos peligro: Panamá se mantiene como punto clave en las rutas hacia el Pacífico.
El país ha visto un aumento del 50 % en las incautaciones de droga, sobre todo en puertos y zonas costeras. Pero, en los barrios de la capital, el mcrotráfico sigue fluyendo. Un ejemplo claro es Cabo Verde, en Calidonia, donde hay lo que parece un “delivery” de drogas.
Aunque la Policía ha hecho múltiples operativos, el problema resurge como si nunca se hubiera ido.
La gente no confía en las cifras
La realidad de la sociedad es que mientras la Policía habla de una leve baja en homicidios, la percepción ciudadana va por otro lado.
Un 47.3 % de los panameños cree que el crimen ha aumentado, y 67.5 % siente que la inseguridad ha crecido en los últimos cinco años.
Los datos oficiales dicen que los robos subieron 4 %, pero que los homicidios bajaron el mismo porcentaje. Aun así, más de la mitad teme salir de noche (56 %), aunque 76 % se siente seguro de día.
Más policías, menos presencia
Panamá apenas cuenta con 2.8 policías por cada 100 mil habitantes, un déficit de más de 8 mil unidades.
Para reforzar la seguridad, se están desplegando los Linces 2.0 en Coclé, Herrera, Los Santos y Veraguas, donde se ha registrado una baja en delitos nocturnos.
En las cárceles, 1,600 unidades vigilan penales donde aún se ordenan crímenes desde adentro.
“Tenemos pelaitos de 13 años que ya son gatilleros. No basta con capturarlos, el sistema tiene que cambiar”, dijo Fernández.
En una realidad, el país muestra menos homicidios en papel y para los ojos de la Policia Nacional, pero los barrios siguen marcados por el miedo.
Las estadísticas dicen que la violencia retrocede, pero en la calle todavía manda el que tiene el arma más larga.