Primer muerto en La Gran Joya

La Gran Joya cobró su primera víctima la madrugada del domingo, cuando el recluso Pablo Núñez Barreno, de 28 años, murió esposado, en el área de [b]"La Chutra".[/b]

Núñez Barreno ingresó en 2009 a la cárcel por un caso de posesión ilícita de arma; dos años después se comprobó su inocencia y fue absuelto, pero antes de recibir la boleta de libertad fue informado de que había sido condenado en ausencia a 9 años de prisión por robo, un delito que no cometió.

Allegados a la familia, como Edilberto Rudas, de 35 años, consideran que Núnez no debió ir a prisión porque desde 2001 el Código Judicial establece que nadie puede ser juzgado en ausencia, regla que no se le aplicó. Nunca tuvo conocimiento del juicio en su contra.

La última prueba de vida la dio a las 11:45 p.m. del sábado cuando conversó por teléfono con su hija. Era padre de cuatro. Tres horas más tarde se puso malo y fue evacuado.

Se dijo que iba a ser trasladado a un hospital, situación que no se dio. En cambio, lo colocaron en el pasillo y, por último, en un panel fue llevado a La Gran Joya. Allí, lo esposaron a "La Chutra", un punto donde dejan a los reos que no pueden vivir en ninguna celda, "y lo dejaron morir", alega la familia.

Los parientes acusan a los custodios Torres y Quezada de imposibilitar que la víctima fuera sacada a tiempo de la celda para recibir atención médica; tardaron dos horas.

"Él murió a 30 metros de la clínica Las Mercedes", dijo Edilberto.

Existen aspectos que molestan a la familia, como lo que se dijo sobre su muerte, debido a que alegaron que fue natural; por eso exigieron la autopsia, tomando en cuenta que tenía a dos custodios como enemigos y él era una persona sana.

Otras irregularidades son que registraron al recluso sin segundo apellido y el número de cédula errado, agregó Tatiana, hermana de Núñez.

También, por negarle el derecho a la familia de ver y reconocer el cuerpo en la Morgue Judicial, señalaron que el Sistema Penitenciario y la Fiscalía Auxiliar lo habían hecho.

Cristobalina Barreno, madre de la víctima, dijo que sabe que no le van a devolver a su hijo, y que pretende llamar la atención y así evitar que se repita. Los reos son seres humanos y necesitan atención médica, sean inocentes o culpables.