Jugadores del Eibar piden perdón por video pornográfico colgado en internet
Sergi Enrich y Antonio Luna, jugadores del Eibar, equipo de la primera división de la liga de fútbol español, se disculparon luego que se filtrara en las redes sociales un video en el que ambos, mantienen relaciones sexuales con una chica.
Los jugadores aseguran que se trata de una grabación de un acto íntimo y privado, llevado a cabo entre personas adultas con pleno consentimiento por parte de todos y en el ámbito de la liberta de la que todos disfrutamos, empieza el comunicado colgado la red social de Enrich.
"Lamentamos profundamente que una indiscreción de la que no somos responsables haya supuesto que dichas imágenes han salido a la sin nuestro consentimiento".
Ambos jugadores también se disculparon con el equipo, la ciudad, sus compañeros y la ciudad por el daño que las imágenes pudieran causar.
"Somos conscientes de que los futbolistas profesionales debemos dar ejemplo en todos los ámbitos, especialmente en los niños, razón por lo que pedimos disculpa si este incidente ha podido herir a alguien.
Pero la cosa no queda solo en las disculpas públicas de los jugadores, ya que según el diario As, la chica “ha presentado ante la Ertzaintza (policía autonómica del País Vasco) una denuncia contra los dos jugadores, por el daño a su imagen que ha producido la difusión del vídeo sin su consentimiento”.
Aparentemente ese video fue grabado hace un año.
Explica el diario As que "Hasta el 1 de julio de 2015 no era delito difundir imágenes (fotos o grabaciones audiovisuales) de carácter íntimo, si se había accedido a ellas lícitamente; es decir, si se habían captado con el consentimiento de la otra persona o si ésta las había dado voluntariamente. Por lo que sólo podía haber delito de “revelación de secreto”, si se había producido con anterioridad un delito de “descubrimiento de secreto”.
No obstante, agrega el medio, ese código ha sufrido reformas.
"En la última reforma del Código Penal se introdujo un nuevo apartado (197.7) por el que será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla, que hubiera obtenido con su anuencia, cuando la divulgación menoscabe gravemente su intimidad personal.
— Sergi Enrich (@EnrichSergi) 5 de octubre de 2016