Apoyar al agro
El agro es la base de la soberanía alimentaria de cualquier país y debe ser apoyado por el Estado. Abandonar al agro a su suerte o decantarse por importaciones que llevan a la ruina a nuestros productores es favorecer intereses antinacionales.
El sector primario de nuestra economía pasa por una crisis grave que amenaza con su desaparición; desde hace mucho tiempo la actividad agropecuaria ha dado muestras de franco decrecimiento, al observarse su baja contribución al producto interno bruto (PIB), donde solo marca alrededor de 7% anual, lo cual indica claramente que existe una crisis en el sector.
Se requiere un tratamiento urgente a corto plazo que haga reaccionar al agro para que alcance los niveles de producción, desarrollo y crecimiento que tenía en décadas pasadas; este crecimiento debe darse dentro de parámetros que impliquen eficiencia y competitividad.
El excesivo apego a las importaciones está matando a nuestros agricultores y esa política malsana debe de desaparecer, ya que como han denunciado las distintas organizaciones de los productores, en los últimos años las importaciones se han incrementado más del 200%, para desplazar el equivalente del 25% de la producción local.
Igualmente, se les debe exigir a los importadores los mismos requisitos de sanidad y ambiente que le son exigidos a los productores y comerciantes locales.
Estos son los mínimos deseables de nuestros hombres y mujeres del campo y en ese sentido, el gobierno, cualquiera que sea, debe apoyarlos; aquí sí es válido ser nacionalistas, pero un nacionalismo sano e incluyente.