Gracias a la vida
Recuerdo como si fuera ayer los primeros meses conviviendo con mi jubilación. Después de dedicarle la mitad de mi vida al trabajo, el ocio interminable se convertía en pesadilla. Mantenerme activo ha sido clave: escribir desde esta tribuna y denunciar las injusticias a través de la radio es mi mejor medicina.
Pero los años pasan y aunque nos neguemos a aceptarlo, el tiempo no miente. Como muchos de ustedes, he recorrido cientos de veces los pasillos del Complejo Hospitalario por atención médica. Aun así, me tomó por sorpresa cuando me anunciaron que requería de una cirugía. Con la palabra “ambulatoria” como apellido de la frase, la tranquilidad regresó a mi alma.
El destino es impredecible y los planes cambiaron sin anuncio previo. Los días se convirtieron en semanas y en un abrir y cerrar de ojos, vi pasar 55 días desde la ventana de mi cama de hospital de la Sala de Cirugía del piso 7 del hospital que soñó el Dr. Arnulfo Arias y que hoy lleva su nombre.
Regresar a casa junto a los míos, después de casi dos meses, es una bendición. También lo fue conocer las historias de mis compañeros de sala y compartir sus batallas como un equipo que lucha contra el tiempo. Se aprende a ver la vida con otros ojos cuando reconoces el trabajo de las enfermeras que van y vienen a paso apurado, sabiendo que tu vida depende de ellas. Sabes que no estás solo cuando en medio de la penumbra se dibujaba la figura del personal técnico que, comprometido con su labor, te acompaña y escucha con paciencia. A todos ellos, muchas gracias.
A aquellos doctores que sí creen en la humanización de su práctica, que atendieron mi salud y mis preocupaciones, al Dr. Julio García Valarini, el Dr. Mendoza, el Dr. Vielgo, mi aprecio y mi respeto.
A mis colegas de los medios, mis lectores y fieles oyentes, les dedico mi regreso y agradezco sus muestras de cariño. Para mi familia, mi amor eterno. Gracias al apoyo de todos ustedes, aquí estoy, con las botas puestas y de pie para desandar los pasos y seguir adelante por todos ustedes. La lucha continúa amigos, que la fuerza nos acompañe.