Inundó, pero hizo…
El pasado lunes, fuimos testigos de lo implacable que puede ser la naturaleza cuando invadimos el entorno y destruimos la flora. Una sorpresiva tormenta proveniente del este hizo estragos en ciudad de Panamá, provocando inundaciones en gran parte de la capital. Gracias a Dios, no hubo víctimas que lamentar, aunque sí varios techos que se los llevó el viento en Carrasquilla y fueron derribados decenas de árboles.
Recuerdo hace años cómo era el Parque Urracá, cuando uno paseaba entre frondosos sauces. Nunca el lugar se llenaba de agua. Recientemente, tras la ventolina de estos días, no pude creer lo que veía: el remozado parque completamente inundado, pese a las adecuaciones a su drenaje. Todo se volvió un fiasco.
Durante el pasado mundial, ocurrió lo mismo con la renovada vía Argentina. Un torrencial aguacero de la temporada anegó las nuevas aceras y hasta provocó que la cercana vía España quedara paralizada unas horas debido a la inundación. Todos los negocios de la ruta se han visto afectados por la entrada de agua de lluvia a sus locales. Pérdida total.
¿Qué pasa en el área metropolitana? Pues cosechamos lo que sembramos. Por varias décadas, las consecuentes administraciones de la alcaldía capitalina y los gobiernos de turno han tolerado la descontrolada edificación de enormes torres de apartamentos, incluso sobre los cauces de arroyos, ríos y hasta el borde de playa. Se han destruido manglares en Juan Díaz y Tocumen, desmontado bosques en Panamá Norte y Cerro Azul. Al final, nuestra ciudad se volvió propensa a los diluvios repentinos.
Todavía no llegan los meses más lluviosos, octubre y noviembre; sin embargo, no observamos planes o medidas preventivas. Claro, como es un año electoral, dudamos que las autoridades que buscan ganar un alto cargo público se atrevan a desafiar a sus donantes de campaña. Y con el pésimo manejo mediático del gobierno varelista, solo presenciamos negros nubarrones en el horizonte.
Es hora de que Panamá se prepare para las consecuencias del cambio climático. A los precandidatos presidenciales les recomendamos incluir propuestas relativas a enfrentar las inundaciones. No puede ser que la calamidad toque nuestras puertas, pero nos callamos porque afectamos el bolsillo de empresarios corruptos.
En esta columna también aprovechamos para respaldar a los vecinos de Brisas del Golf, San Antonio, Cerro Viento y demás sectores de San Miguelito que rechazan el cambio de zonificación en detrimento de sus moradores. Que no se construyan edificios que afecten a residentes del lugar. Basta ya de abusos.
Panameño, pon de tu parte para enfrentar el cambio climático. Exigimos a las autoridades ponerse en las pilas y dejar la politiquería. No más inundaciones, cero excusas baratas. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos...