La corrección de Dios
“Cualquiera que se abstenga de usar su vara aborrece a su hijo, pero el que ama a su hijo lo corrige con diligencia”, Proverbios 13:24.
En los últimos días se ha turbado el país porque una minoría sin respeto por nada e intolerantes a la voluntad de la mayoría de los panameños, mentes reprobadas sin Dios ni ley, pretenden imponer leyes aborrecibles a Dios.
“Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo. Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?
Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces, son huérfanos y no hijos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus para que vivamos? En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad.
Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella”, Heb. 12:6-11.
Todo el sufrimiento que vive el hombre es producto de su pecado, son sus pasos los que lo llevan a sufrir, no Dios. Pagan las consecuencias de su lujuria y pecado. Aunque después pretendan culpar a Dios por lo malo que les acontece por ellos mismos. ¿Cómo pueden culpar a un Dios en el que no creen?
El hombre no corrige a su hijo y se han convertido en monstruos de violencia e irrespeto y ahora quieren culpar a Dios de la horrible sociedad que han construido. Se han alejado de Dios, todos sufren por su pecado. Arrepiéntanse y busquen a Dios. “Al pecador lo destruirá su propio pecado”, Prov. 13:6.