Mezquindad política
Seguramente ha sido una bofetada a los enemigos del expresidente Ricardo Martinelli las muestras de cariño que recibió del personal, usuarios y visitantes en el Hospital Santo Tomás, cuando fue llevado para una revisión de salud.
Tal vez, desde los liderazgos del arrabal del decimonono, representado por Buenaventura Correoso, de la era republicana, con un Carlos A. Mendoza, Belisario Porras o Arnulfo Arias, el país y sobre todo las nuevas generaciones no habían tenido la oportunidad de palpar a un verdadero líder popular.
Es que donde va Martinelli despierta oleadas de simpatía como hace generaciones no se veía en la política panameña.
A la luz de esta realidad es que debe entenderse la mezquindad política de quienes dentro de CD le han negado la posibilidad -so pretexto de futuras alianzas- la posibilidad de ser candidato a alcalde, campaña en la que con toda seguridad sería vencedor, porque ¿qué mejor candidato que Martinelli en CD?
El pueblo panameño está claro que en casi 5 años de gobierno, la actual administración ha tenido como único norte destruir el legado y las obras de Martinelli.
Pretensión, por demás inútil, ya que la sabiduría popular ha identificado las aviesas intenciones y se prepara a cerrar filas con su líder.
La mezquindad política más que dañar a quien la practica, enaltece a la víctima de esta. Martinelli saldrá fortalecido, es un hecho.