"Sexo fuerte": ¿hay que probar los extremos?
Para algunas parejas una cama reúne a mucho más que dos personas. Transgresión, fantasías, dominación-sumisión, la invitación a un tercero y varios objetos entran en sus prácticas sexuales. ¿Está bien buscar el "goce supremo"?
Dr. Walter Ghedin
http://entremujeres.clarin.com
Cada uno de nosotros tiene un umbral de intensidad para el sexo, que
puede tener variaciones, pero que se constituye como el “punto justo” de
máximo placer. Cuando el umbral se ubica en un lugar alto, la
experiencia sexual debe ser fuerte, y en algunos casos llegar a grados
extremos, para lograr el “goce supremo”. La cuestión es animarse.
Una
de las reglas a tener en cuenta es el acuerdo con la pareja. No
necesita ser explícito; los cuerpos también tienen la capacidad de
comunicar, de decir lo que se quiere y cómo se quiere.
Si la
relación no tiene compromiso, es posible que el grado de entrega llegue a
ser alto, sin ningún reparo o cuestionamiento posterior. Es distinto
cuando se está gestando un vínculo que puede llegar a ser más prolongado
y rico en emociones.
Cada pareja elige cómo llegar a los grados
superlativos de placer. Lo importante es no postergar o reprimir una
intensidad que es un poderoso factor de unión y de satisfacción
personal.
Las prácticas del “sexo fuerte”
Desde
las primeras señales que invitan al encuentro se puede insinuar que las
ganas de tener “sexo fuerte” son altas. La forma de besar, de dejar que
las manos del compañero recorran el cuerpo, de guiarlas a los sitios
más erógenos; los gemidos, las palabras, las fantasías que salen de la
boca e impregnan la imaginación del otro, son estimulantes incentivos.
El
sexo fuerte no tiene límites de espacio: en el baño, en la cocina, en
el jardín, en el ascensor, o en el cuarto, no existe un lugar que debe
estar predeterminado. Tampoco tiene como meta la penetración, todo el
encuentro debe ser gratificante.
La dinámica sexual puede
incluir: vestimentas fetiches, cambio de poses, sexo oral, sexo anal,
juguetes, películas porno, insinuaciones sádicas o masoquistas, comunicar fantasías, incluir a un tercero, sexo grupal, etc.
Todo
es válido cuando existe acuerdo entre adultos. Las personas que gustan
del sexo fuerte y lo saben vivir con responsabilidad, con arreglo entre
las partes, sin reclamos o reproches varios, disfrutaran de la
experiencia con libertad.