Un libro para colorear recuerdos
La noche del 30 de abril, en la Universidad del Trabajo de Penonomé, ante un lleno completo se presentó el libro del profesor Vasco Franco, del título “Penonomé es mágico”.
Se trata de un libro para colorear, que el autor pensó que cautivaría solamente a los niños de la capital coclesana, con dibujos de los edificios del casco viejo penonomeño, pero se equivocó, los jóvenes y adultos presentes al pasar las páginas exclamaban con nostalgia y comenzaron a colorear sus recuerdos vividos intensamente in situ; por ejemplo, sus vivencias en las callecitas del barrio San Antonio, en el altozano de la catedral, en los portales escalonados con atrios de la emblemática casa de quincha y tejas hoy convertida en museo, la iglesia de Santa Rita y otras localidades.
Esta creación desbordará en las calles de Penonomé a riadas de estudiantes de primaria, junto con sus maestros a tomar de modelos gratuitos los edificios dibujados en el grandioso libro de Vasco Franco: “Penonomé es mágico”.
Con ese trabajo literario que ocupará a los niños y jóvenes provincianos, desaparece el peligro de que se pierda parte de nuestro patrimonio histórico, al menos en los recuerdos como ha sucedido en cientos de ciudades latinoamericanas, en los centros establecidos por los conquistadores europeos, que perdieron su importancia diluyéndose estas en el abandono y luego en el deterioro.
Penonomé necesitaba con urgencia este aviso cultural, pues como consecuencia y resultado del advenimiento de la expansión demográfica y económica, los viejos patrones diseñados bajo las especificaciones de calle y cuadra están desgastados, obsoletos.
El modernismo, sin lugar a dudas, atacará ferozmente a Penonomé con edificios altos, puentes vehiculares y autopistas automovilísticas, como reclamando el oro y el cobre de las minas.
Gracias, Vasco Franco, por cuidar nuestros recuerdos con tu nuevo libro “Penonomé es mágico”, que guarda como un tesoro parte importante de nuestra identidad nacional.