El constitucionalista Edgardo Molino Mola dijo que la designación de un nuevo procurador tenía que poner en perspectiva la escogencia de una persona intachable, que enrumbe el Ministerio Público y que actúe con una actitud de independencia.El jurista Silvio Guerra, también constitucionalista, soslayó el hecho que el nuevo jefe del Ministerio Público debía estar realmente divorciado de las cosas políticas, ser honesto, vertical y transparente, ético y probo.
Sobre todo que fuese un verdadero penalista que tuviese el arte de investigar.
La Alianza Ciudadana Pro Justicia, horas antes de la designación de Ayú Prado pidió que no se designara al jefe del Ministerio Público para estas fechas y se estableciera el mecanismo acordado en la Comisión de Estado por la Justicia, para conocer la opinión de gremios, organizaciones y ciudadanos de la sociedad civil, hecho que fue ignorado.