10 hábitos que hacen que resultes menos atractiva
Te ayudamos a identificar esos pequeños hábitos, comportamientos o formas de actuar a las que no sueles dar importancia.
Quizá algunas de ellas te resulten tan obvias que no te sorprendan, pero lo cierto es que diez de estas diez cosas que te detallamos a continuación están comprobadas in situ, con opiniones unánimes sobre lo poco atractivo que resultan (tanto para ellos como para ellas) y lo rápido que consiguen por sí solas eliminar el interés por ti, seas como seas. 1. Morderte las uñas de forma compulsiva. ¿Alguna vez te han hecho una fotografía sin que te dieras cuenta mientras te mordías las uñas? Si nunca te ha pasado, pide a alguien de tu entorno que lo haga. El resultado te dará de bruces con la realidad. Las caras que pones cuando, de forma inconsciente, te muerdes las uñas son un horror, por no hablar de lo poco saludable que resulta esta práctica desde el punto de vista de la higiene. Y si además sueles llevar las uñas tan cortas que dan grima, ten por seguro que esto está restando atractivo. 2. Depilarte en público. Sí, como suena... No estamos hablando de una depilación oficinal, sino esa manía que tienen algunas personas de quitarse los pelillos, ya sean del bigote, de la barbilla, de las cejas, de las ingles o de las piernas... No resulta agradable, sobre todo si eliges lugares públicos como la piscina, la playa, el gimnasio o el parque donde paseas de vez en cuando con los niños. 3. Reventarte granos. Sabemos que es asqueroso comprobar de repente que tienes una espinilla, de esas blancas, relucientes, o casi amarilla si ya lleva un tiempo... En cuanto te la ves, no puedes pensar en otra cosa que en eliminarla de inmediato, pero... ¿de verdad tienes que hacerlo delante de todo el mundo? No importa que sea en los brazos, en las piernas o en la cara... ¡Es igualmente desagradable! Procura buscar un lugar donde tengas intimidad y aprovecha para... ya que lo haces, ¡hacerlo de la forma más higiénica posible, que luego se te puede infectar la herida! 4. Usar ropa interior que no es de tu talla. Se nota, se siente, la braga está presente... Y si es la típica 'faja de la abuela' aún más... Además de que no estarás demasiado cómoda, la ropa te sentará peor si se marca mucho la costura o la goma de la braga, del tanga o del sujetador. Y no sólo eso, sino que hará que las formas de tu cuerpo estén distorsionadas y te restará atractivo a la hora de moverte. 5. El 'efecto despeinado' de mentira es un despeinado de verdad. No te engañes, ese efecto despeinado del que tan orgullosa te sientes no es otra cosa que pereza a la hora de peinarte. Para lucir un auténtico 'efecto despeinado' hay que currárselo. Tiene que parecerlo pero no serlo (como estos looks despeinados que te propusimos hace tiempo en Mujerhoy.com) y eso no se puede hacer en 10 segundos, agua y el primer producto pegajoso que aparezca en el armario del cuarto de baño. 6. El momento 'pulpo en un garaje'... Salir a correr con ropa que no es la adecuada para ello, acudir en plan 'sport' a una cita o a un evento que requiere un dress code algo más cuidado y hasta llevar unos zapatitos monos o sandalias estupendas con taconazo cuando te vas de picnic, o a una barbacoa en el campo o de excursión puede ser algo que te quite atractivo. "Pero, esta, ¿de dónde ha salido?". Arreglarse conforme a la actividad, el entorno o la situación es mucho más eficaz que llevar siempre tacones, por muy estilizada que te veas. 7. Me las doy de machota porque yo lo valgo. Aunque no lo creas es bastante común, a veces nos creemos que hablar a gritos (mejor dicho, a voces), llamar la atención cuando llegas a un sitio, decir palabrotas a todas horas o rascarse sin sentido nos empodera de alguna manera, pero nada más lejos de la realidad. No estamos diciendo que exista un comportamiento de "ellos" o de "ellas", pues esto es aplicable tanto para hombres como para mujeres, pero ser comedido, observar y atender a las señales de la situación resulta mucho más atractivo que hacerse notar. 8. ¿Lo que se ve se luce y lo que no, se pudre? De eso nada. Que seas tú y no el resto la que decida qué es lo que quieres enseñar y a quién y qué es lo que no y por qué. Ya lo dicen los mejores estilistas, es mejor sugerir que enseñar. ¡Y eso es aplicable en todos los sentidos! Por eso, aunque algunas personas digan lo contrario, los escotes excesivos, las minis hiper cortas, las transparencias que rozan la desnudez y la ropa hiper ajustada quizá pueda resultar, según en qué contexto y situación, una apuesta sexy, pero eso hará un flaco favor a tu imagen. 9. ¿Cómo te sientas? ¿Cómo caminas? ¿Cuál es tu postura cuando estás de pie? Son preguntas más importantes de lo que parecen. La postura corporal es una de las grandes descuidadas y, sorprendentemente, influye de forma decisiva en la opinión que el resto tienen de nosotros. Sentarse con un exceso de relax, con las piernas abiertas, de modo que te inclines sobre la silla de la oficina con una cierta dejadez echa por tierra todo tu atractivo, así como arrastrar los pies al andar, caminar con las piernas muy abiertas o los pies para afuera con "andares de pato". Ficha este manual de las buenas posturas, te resultará útil. 10. Ir "de guapa", ser altiva, criticar, despreciar y olvidar las normas de educación. ¿De verdad es tan difícil decir 'buenos días' por las mañanas o 'que pases buena tarde' cuando te despides de alguien? No hay nada que resulte tan atractivo como una sonrisa.¡Es una puerta al alma, sin duda! Una actitud positiva y constructiva resulta muchísimo más atractiva que estar pendiente de los demás sólo para criticarles. Empatizar con los demás te acerca y te embellece. No lo dudes.