Ejemplos
Estaban descargando pesados sacos de mercancía de un camión para dejarlos en una tienda popular. Me detuve en la acera esperando continuar mi camino sin interrumpir este trabajo. De repente, alguien encorvado por el peso del saco dijo: "Buenos días, profesor". Reconocí a uno de mis mejores estudiantes de Periodismo del turno de la noche. No me extrañó verlo en esa actividad. Él le había contado al salón que no tenía un empleo fijo y salía todas las mañanas a ver qué podía hacer para conseguir el dinero y seguir viviendo.
En un salón del turno de la mañana, uno de mis alumnos dejaba en un rincón un bulto al terminar las horas de estudio sacaba del bulto chichas y empanadas, y las vendía en la escalera de la Facultad de Comunicación Social. Ninguno de sus compañeros se burlaba de su humilde manera de ganarse la vida. "El chichero" se graduó y llegó a ser dueño de un periódico en su comunidad por varios años. Otro señor hacía artesanías con llantas usadas de automóviles, las cuales pintaba como si fueran animales. El dinero de las ventas le servía para mantener a su familia y seguir estudiando Publicidad. Se convirtió en uno de los profesores de esa profesión en la Universidad.
Un joven era mantenido por su abuela y por eso pudo terminar una carrera universitaria. A punto de graduarse me dijo que había conseguido un empleo y ahora él ayudaba a su abuela. Conocí alumnos de lugares alejados que solamente venían con el dinero justo para el pasaje. Algunos de sus compañeros que conocían esta realidad los invitaban a compartir las comidas que ellos compraban. Más de uno resultaron ser excelentes estudiantes. Una señora al terminar las clases sin ninguna pena se instalaba en una banca con artículos de buhonería.
También habían alumnas que vendían ropa, carteras y golosinas entre sus compañeros. Estos ejemplos de estudiantes que buscan "el real" de manera honrada para concluir sus estudios no es solo de ahora. Cuando entré a la Universidad de Panamá en los años 60 del siglo pasado, era un ejemplo un muchacho que vendía periódicos para costearse los estudios de Derecho, los que terminó y en su edad madura ha logrado ser una persona con dinero. Otros hacían trabajos muy sencillos de empleada doméstica y cuidaban niños o como aseadores. Pensé en los buenos ejemplos de estos muchachos al saber que ahora Panamá tiene más de 200 mil jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis).