El que es fiel en lo poco…
La frase bíblica que usamos como título dice así: “El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es deshonesto en lo mucho” (Lucas 16, 10).
Con esta enseñanza del Maestro queremos iniciar esta reflexión sobre nuestro comportamiento en la vida diaria. Es muy común que algunos católicos comprometidos con su Iglesia olvidemos esta enseñanza del Maestro. Vivimos el día a día descuidando los deberes de la vida ordinaria.
Por eso el apóstol san Pablo nos dice: “Entonces, ya coman o beban o hagan lo que sea, háganlo todo para gloria de Dios. No sean motivo de escándalo ni a judíos ni a griegos ni a la Iglesia de Dios. Como yo, que intento agradar a todos, no buscando mi ventaja, sino la de todos, para que se salven”(1 Corintios 10, 30ss). La Palabra nos exhorta a no convertirnos en piedra de tropiezo para los hermanos.
Por ello, el Señor nos exhorta a que seamos la luz del mundo. “Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus buenas obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el cielo” (Mateo 5, 16). Debemos esforzarnos al máximo para que cada actividad que realizamos, ya sea conducir un auto, caminar en la calle, hacer nuestro trabajo profesional o ayudar a nuestro hijos con sus tareas, las efectuemos conscientes de que son medios para hacer brillar la luz de Cristo en medio de los hombres. Cada vez que cumplimos con nuestro deber con perfección, estamos alabando a Dios y contribuyendo a que nuestros hermanos lo alaben también.